Marcos Senna, durante el entrenamiento del Cosmos en La Habana
Marcos Senna, durante el entrenamiento del Cosmos en La Habana - EFE
Fútbol

El fútbol como herramienta diplomática

El Cosmos de Raúl y Senna visita La Habana para impulsar las tímidas relaciones reabiertas entre Estados Unidos y Cuba

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La mínima apertura del régimen cubano en los tiempos más recientes había provocado ya una ligera mutación en las preferencias deportivas del país. El fútbol, desterrado hace décadas de La Habana, había ido ganando adeptos en los últimos años y no era extraño ver deslavazadas camisetas de Messi o Cristiano Ronaldo correteando por las calles detrás de un amago de balón.

En los bares se sigue la liga española con mucha menos pasión que las Grandes ligas de béisbol, pero ganando terreno poco a poco al béisbol, una «religión» dentro de un país que siempre ha amado el deporte.

Para certificar el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, ambos países han elegido un partido de fútbol como símbolo de ese entendimiento.

Una visita histórica que hoy envuelve de diplomacia el duelo entre el Cosmos y la selección de Cuba (23.00 horas).

El conjunto estadounidense llegó ayer a La Habana con dos embajadores del fútbol al frente: Pelé y Raúl González. Los dos, figuras mundialmente conocidas, son un impulso inmejorable para hacer que las relaciones entre ambos países queden selladas y a la vista del mundo. «Estamos aquí con el fútbol para poner paz y alegría a la gente», señalaba el astro brasileño a su llegada a la capital.

La última vez que un equipo estadounidense jugó un partido de fútbol en Cuba fue en 2008, cuando la selección de EEUU jugó un partido clasificatorio para el Mundial 2010 entre fuertes medidas de seguridad. Antes, había que remontarse hasta 1978, el Chicago Sting había sido el último equipo norteamericano en jugar en Cuba.

«Va a ser una pequeña fiesta del fútbol», reconocía Raúl antes de embarcar en el vuelo que le dejó poco después en La Habana. Un lugar en el que el exmadridista nunca había estado antes. «Es la primera vez que viajo a Cuba y estoy muy ilusionado porque es una gran oportunidad de participar en un partido histórico para el Cosmos de Nueva York y también para mi», apuntó.

El choque, que se disputará en el estadio Pedro Marrero de La Habana, es ya un símbolo de los nuevos tiempos, antes incluso de celebrarse. Se espera que la fiesta sea total en el estadio, en el que se espera una gran entrada para el evento.

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