El tenaz optimismo de McLaren

Tal vez han asumido al pie de la letra el significado de la palabra esperanza, un estado de ánimo en el que se nos presenta como posible lo que deseamos. Tal vez en las tripas del coche exista una obra artesanal de la ingeniería moderna. O tal vez en la fábrica de Honda en Japón, a quince horas de avión, se esconda el secreto de la laboriosidad y la paciencia. Sea cual sea la razón, en McLaren cunde un optimismo inexpugnable al desaliento. Pese a los mediocres resultados del curso, en la escudería inglesa cunde la percepción de un futuro halagüeño. La Fórmula 1 regresa de las vacaciones en el trazado favorito de los pilotos, Spa Francorchamps.

Pocas cosas han variado en un mes sin Fórmula 1.

Los coches no pueden entrenar y probar materiales. Solo lo pueden hacer en los ensayos de pretemporada, en un par de días señalados durante la campaña y los viernes previos a cada gran premio. Tal como estaba el panorama, así seguirá en las Árdenas de Bélgica. Tampoco varían los discursos. El juego de la propaganda se hace especialmente visible en McLaren-Honda, donde sus integrantes promocionan la vieja película del poli bueno y el poli malo. Suele pasar en el prólogo de cada gran premio.

Aparece Yasuhisa Arai, el responsable de motores en Honda, y suelta que el McLaren estará en Spa «al nivel del Ferrari en términos de potencia». Llega luego Fernando Alonso y rebaja cualquier euforia. «Sufriremos en un circuito como Spa».

Por encima de los pronósticos y las palabras se impone la realidad. McLaren empezó desde cero en la pretemporada en la que Alonso perdió el conocimiento en el accidente de Barcelona, siguió con el vacío absoluto en el arranque del año en Australia (Button no pudo saltar a la pista y Magnussen duró unas vueltas), permaneció en modo silencio durante un periodo irreconocible para Alonso (cuatro abandonos consecutivos, lo nunca visto en su carrera) y ha cerrado un ciclo con algún motivo para la esperanza de sus seguidores (dos carreras seguidas puntuando, décimo en Inglaterra, quinto en Hungría).

Once puntos que confirman una progresión evidente desde el pozo, desde las profundidades de la parrilla. Lento, pero seguro. Sucede que los vaticinios confunden al personal. Si alguien habla de alcanzar a Ferrari (el segundo equipo de la campaña) en términos de potencia, la decepción siempre es mayor cuando el domingo la carrera coloca a cada cual en su sitio.

Solo hay tres o cuatro circuitos favorables al cien por cien para el McLaren: Mónaco, Montmeló, Hungría y Singapur. Trazados lentos, que no requieren la potencia de los motores, sino la pericia de las manos de los pilotos y un buen paso por las curvas. Spa no pertenece a ese modelo. Es una pista que invita a pisar el acelerador a fondo durante el setenta por ciento de su recorrido. Salvo que el japonés Arai atine al fin en sus previsiones, el McLaren estará más cerca de la visión de Alonso que de la suya.

Una décima más rápidoAyer, el piloto español reconoció que Honda ha preparado un nuevo motor para el Gran Premio de Bélgica lo que provocará una sanción que le llevará a salir en los últimos lugares de la carrera. «Penalizaremos, saldremos en última fila. Este es un año de test, todas las mejoras son con la mirada puesta en 2016, ojalá el de este fin de semana sea un buen test», dijo Alonso.

El piloto asturiano explicó que Honda ha preparado «una pequeña evolución de motor», que cifró en una décima más rápido en cuanto a velocidad, aunque no será «tan significativa» como cabría esperar. Este nuevo motor se estrenará hoy con los entrenamientos libres, aunque Alonso no descarta que puedan utilizar otra unidad de potencia más, en función de los resultados de las pruebas. «Poner motor nuevo el viernes, chequear al final del día y ver como está, y de ahí que podríamos utilizar otro motor el sábado. Saldremos los dos coches últimos y penúltimos y esa es la novedad, intentar poner todo en su sitio para la próxima temporada», comentó.