Warriors-BullsDiferencias y semejanzas entre dos equipos de leyenda

Analizamos en qué se parecen y en qué se diferencian los Bulls de Jordan de 1995 y los Warriors actuales de Stephen Curry

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  1. Dos estrellas superlativas

    Michael Jordan y Stephen Curry. Dos jugadores que se salen de lo normal. Dos estrellas que han marcado al baloncesto y que, cada uno en su estilo, pasarán a la historia de este deporte. El «23» de los Bulls fue el auténtico pilar de aquellos Bulls campeones de seis anillos. Un jugador inimitable, casi imposible de parar, que regresó tras un año y medio lejos de las canchas para devolver a los Bulls a la senda del éxito. Indiscutible líder de Chicago durante sus años en la franquicia, su estilo de juego poco o nada tiene que ver con el de Curry, pero ambos comparten ese aura de gran jugador. De jugador especial y diferente. Un líder en el que apoyarse cuando las cosas van mal.

    Curry es sobre la cancha una avispa. Un jugador capaz de inventarse canastas de la nada. Imparable por esa capacidad de improvisación. Una estrella de su tiempo que está reinventando el baloncesto moderno.

  2. El «factor Kerr»

    Más allá de la comparación de ambos equipos, Steve Kerr aparece como el gran denominador común de ambos. Suplente de lujo en los Bulls de Jordan y técnico ahora de los Warriors, Kerr es el único que puede presumir de haber sido protagonista en los dos récords.

    Aunque se perdió la primera parte de la temporada por una operación en la espalda, en su ausencia el equipo no se resintió, ya que su filosofía de juego alegre había calado ya durante la campaña pasada en la que los Warriors se proclamaron campeones.

  3. Hambre de victoria

    Después de un año y medio lejos de las canchas, Michael Jordan llegó desatado a aquella pretemporada. Su energía en cada entrenamiento, sus ganas de volver, contagiaron al resto de sus compañeros.

    En los Warriors, ese hambre de éxito se traduce en la falta de confianza de los medios y de todo lo ajeno al equipo. Durante el año pasado, pocos confiaban en el triunfo final de Golden State. Algunos, incluso, dijeron que las lesiones de los Cavaliers habían allanado el camino al anillo. Críticas que han encendido al vestuario de los Warriors, que han protagonizado una temporada superlativa. Dos formas de perseguir el éxito muy distintas, pero con igual resultado.

  4. Un escudero de campanillas

    Si Jordan tenía en Pippen a su hombre de confianza, en el caso de Curry ese escudero sería Klay Thompson (con permiso de un Draymond Green que merece un capítulo aparte). Pocos dudan de que tanto Pippen como Thompson serían estrellas en cualquier otro equipo. Jugadores franquicia sobre los que construir un proyecto, pero que encontraron en su día un camino más exitoso aunque menos visible para sus carreras individuales.

    Aquel Pippen promedió casi 20 puntos por partido en 37 minutos de juego, mientras que Thompson ha anotado 22,2 este año en 34 minutos por encuentro. Números similares que, en cualquier caso, hablan de la importancia ofensiva de uno y otro en estos dos equipos de leyenda.

  5. Especialistas al servicio del equipo

    Si hablamos de especialistas hay dos nombres que deben salir a relucir. Nadie capturó más rebotes que Dennis Rodman en aquellos Bulls campeones, que encontraron en el polémico jugador un pívot clave. Imprescindible en su carrera hacia la historia con sus casi 15 rebotes por partido (6 de ellos en ataque).

    En los Warriors, ese hombre imprescindible por su labor colectiva es Draymond Green, el segundo jugador que más triples dobles (13) ha firmado esta temporada. Green es el hombre para todo, capaz de capturar casi 10 rebotes por partido y dar 7 asistencias o anotar 15 puntos de media.

  6. Un banquillo de garantías

    Aunque ninguno de los dos equipos tuvo grandes problemas de lesiones en su temporada más exitosa en cuanto a victorias, ambos contaban con un banquillo de garantías que permitía dar descanso y sacar adelante los encuentros cuando se ponían cuesta arriba.

    Nombres como el del propio Kerr o Toni Kukoc fueron claves para aquella campaña del 72-10 de los Bulls, al igual que lo están siendo Iguodala, Ezeli, Barbosa o Livingston en los Warriors para el 73-9. Sin banquillo, no hay éxito en una liga tan competitiva como la NBA.

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