En cualquier partido de baloncesto se pueden ver fintas, pases por detrás de la espalda o por debajo de las piernas, como el que protagonizó Marc Gasol . Pero no es tan corriente ver que, en un intento por superar a un rival, el jugador sea el que se meta bajo las piernas del contrario.
Es lo que hizo Nate Robinson , jugador de los Delawers, ante Walter Tavares. La acción, sorprendente como pocas, se puede explicar por la diferencia de alturas. Mientras el atacante mide 175 centímetros, el defensor alcanza los 221.
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