Para algunos era su primera liga de blanco y otros muchos estaban acostumbrados ya, pero todos los jugadores del Real Madrid celebraron el título conseguido ante el Barcelona como si fuera el primero.
El vestuario blanco se convirtió en una fiesta, con música subida de tono, duchas de champán y hasta capotes de torero. Los había más exaltados como Llull o Doncic y más calmados como Ayón o Sergio Rodríguez , que aprovechó para celebrar el cumpleaños de su hija Carmela, que el miércoles cumplía un año.
Fue una celebración familiar , en la que no faltó la presencia de las mujeres, novias, hijos, hermanos o padres. Un día especial que los blancos celebraron en casa y junto a sus más allegados, además de una afición que llevó en volandas al equipo en los momentos más complicados.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión