Sullinger trata de anotar ante la defensa de Hernagómez
Sullinger trata de anotar ante la defensa de Hernagómez - Reuters
Amistoso

El Real Madrid se queda lejos de la NBA

En un partido sin brillo, con las bajas de Rudy y Jeff Taylor, el conjunto blanco sucumbe ante unos Celtics muy grises (96-111)

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Real Madrid9690111Boston Celtics

Si el debate consistía en saber si el Real Madrid está al nivel de la NBA, la respuesta (al menos en el día de ayer) es negativa. Los blancos no fueron capaces de hacer frente a estos Celtics de capa caída, que atraviesan una época sombría dentro de su gloriosa historia y que ayer en Madrid demostraron que están a años luz de aquellos que visitaron España en 1988. De Larry Bird a Marcus Smart. De Robert Parish a David Lee. Dos mundos diferentes. 27 años que han servido para acortar distancias entre la NBA y Europa. Casi tres décadas que, sin embargo, aún no han cerrado esa brecha.

Lo primero que quedó claro es que el encuentro no era un amistoso.

En la pista, ardía el fuego en una lucha de egos que nadie quería perder. El Madrid comparecía como campeón de Europa, mientras los Celtics lo hacían como defensores del orgullo americano y en ese choque de vanidades saltaban las chispas. La derrota no era una opción y unos y otros se afanaron para evitarla desde el primer minuto.

La grada del Barclaycard Center, por primera vez teñida de verde, asistía adormecida al espectáculo, como esperando un resorte que le trasladara de Madrid al TD Garden de Boston. Algo que no ocurrió, porque estos Celtics no destilan magia, así que hubo que esperar a la entrada de Sergio Rodríguez para escuchar los primeros aplausos.

El canario rompió el ritmo de un partido mortecino por momentos. Con él en la pista, el Real Madrid mantuvo el tipo. Fueron los mejores momentos blancos, casi los únicos, en los que Doncic –el jovencísimo canterano de 16 años– hasta se atrevió a ponerle un tapón a Isaiah Thomas (33-31, min. 16).

Buen partido de Thompkins

Reía el Madrid a costa de unos Celtics grises y sin más motivación que evitar el ridículo de la NBA en Europa. Quizá por eso, por vergüenza torera, Lee y Bradley se echaron el equipo a la espalda y lideraron un parcial que puso patas arriba el Palacio poco antes del descanso (35-44). Una distancia insalvable, que fue creciendo, mientras la grada empezaba a ver más interés en los tiempos muertos que en el partido.

La segunda parte sirvió para asistir a la reivindicación de Llull, que estuvo cerca de la NBA durante el pasado verano, y la presentación en sociedad de Trey Thompkins, el nuevo pívot blanco, que demostró que además de fortaleza física cuenta con una muñeca privilegiada. Ambos hicieron soñar al Madrid, pero su amago de remontada quedó en eso. En un intento.

No era el día del Madrid, lejos de la versión que asombró en Europa la temporada pasada. Lastrado sin Rudy Fernández, Laso optó por repartir minutos sin pensar en hazañas. Esas las deja para la ACBo la Euroliga. Los retos de este equipo aún por hacer, que ayer se dio un baño de realidad.

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