Jon Rahm se está mostrando intratable en el Austin Country Club
Jon Rahm se está mostrando intratable en el Austin Country Club - REUTERS
GOLF - Mundial «Match-Play»

Sigue el huracán Jon Rahm, ya semifinalista

El español arrasó a Howell III (6 y 4) y Kjeldsen (7 y 5) en una jornada triunfal

Madrid Actualizado: Guardar
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Cinco victorias en otros tantos partidos (las tres últimas sin pasar del hoyo 14) han convertido a Jon Rahm en el hombre del momento en el Mundial «Match-Play». Su juego de tiralíneas y su eficacia con el «putter» le está haciendo jugar a un nivel altísimo, algo inusual incluso para él. «Desde que gané en San Diego no había vuelto a patear de esta manera -reconoció el español al certificar su pase a semifinales-; esto, unido a haber cometido un solo fallo en todo el día, ha hecho que jugara el mejor día de golf de mi vida».

Esta sincera declaración del de Barrica no hace sino certificar todos los buenos augurios que había venido mostrando desde el comienzo de la semana.

Su modo de andar por el campo, de dejar las bolas en el sitio correcto y de no perdonar a los rivales le están destapando con un auténtico animal del mano a mano, algo de lo que está deseoso el bando europeo de cara a la Ryder Cup. «Es una modalidad que siempre me ha gustado mucho, aunque hacía bastante que no la practicaba. Lo cierto es que cuando juegas bien todo se hace mucho más fácil».

La jornada sabatina fue un paseo para el vizcaíno desde el principio. Primero arrasó a David Howell III (6 y 4), que había sido el verdugo de Rafa Cabrera el día anterior. Mas en esta ocasión el estadounidense no tuvo tiempo ni de entrar en calor. En tres hoyos ya iba dos abajo y siempre a remolque del juego del hispano; la apisonadora seguía a su ritmo y cuando en el hoyo 14 Rahm sumó su quinto «birdie», el americano tuvo que entregar sus armas.

Después de ese «trámite», en cuartos de final le esperaba un hueso duro de roer, Soren Kjeldsen. El danés llegaba después de hager ganado a Riry McIlroy en la fase previa y es un golfista aguerrido que se agarra muy bien a cada borde del terreno. Pero se chocó contra un muro sin fisruras que no le dejó ni respirar. Al igual que por la mañana, Jon atacó desde el principio (dos de margen en tres hoyos) y cuando ya iba menos siete en trece agujeros, el nórdico se quedó sin espacio para remontar. Como un metrónomo, con todas sus piezas perfectamente sincronizadas y a su ritmo, el español se metió en semifinales.

En su segunda actuación en un Mundial, Rahm se ha asegurado ya la cuarta plaza como mínimo (fue tercero en el de México de hace tres semanas).

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