Atletismo

Josephine Onyia, la tramposa contumaz

La atleta nacionalizada sería el positivo por dopaje español encontrado por el COI en Pekín 2008. Sería su quinto positivo

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El fantasma del dopaje siempre vuelve y el de Josephine Onyia es ya la enésima vez que lo hace, esta vez manchando el nombre del equipo olímpico español. Según ha podido saber ABC, la exatleta nigeriana nacionalizada sería el positivo hecho público por el COE hace unos minutos y, aunque la nigeriana ya estaba apartada del deporte por su reincidencia tramposa, este presunto dopaje duele como si aún estuviera en activo.

Onyia, nacida en Surulere, Estado de Lagos (Nigeria), hace 29 años, buscó fortuna fuera de un país que es uno de los polvorines de África, agobiado por la superpoblación, el ascenso del fundamentalismo de Boko Haram y el auge de la sharía, con sus estrictos preceptos (especialmente con las mujeres).

Con su sonrisa de almenado blanco, sus uñas estrafalariamente largas y pintadas de colores y, sobre todo, su rapidez de gacela, convenció a las autoridades deportivas para que la ayudasen a conseguir la ciudadanía española, que consiguió en 2007. Especialista en las pruebas de 60 y 100 metros vallas, entró a formar parte del grupo de entrenamiento que dirige en Valencia Rafael Blanquer.

Sus problemas empezaron enseguida. En septiembre de 2008 dio positivo por metilhexanamina en Lausana y en Sttutgart por clembuterol. La RFEA la exculpó en primera instancia, pero la IAAF recurrió al Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) y ganó la apelación. Onyia volvió a las pistas dos años después, aparentemente renovada, e insistiendo en su inocencia. «Pasé muchos controles fuera y dentro de la competición y nunca di positivo. Es un problema de la IAAF. Fue un golpe duro, pero ahora soy una Josephine nueva. No me importa lo que piensen los demás. Yo siempre estoy bien con todos, pero si alguien no quiere algo conmigo, no pasa nada: yo seguiré mi camino», dijo en una entrevista. Lo que no sabíamos entonces, es que antes de ese positivo, Onyia habríaa acudido dopada -según se habría desvelado ahora- a los Juegos Olímpicos de Pekín, aunque los métodos empleados entonces para controlar a los tramposos no fueran efectivos.

En 2011, nuevo positivo por metilhexanamina. Esta vez la Federación Española no pudo defender lo indefendible y la castigó con dos años. Hasta que, por fin, a principios de este agosto, durante el Campeonato de España, los inspectores de la Agencia para la Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD), la cazaron por cuarta vez. El atleta sevillano Kevin López cree debería sancionarse «de por vida» a Onyia, dijo el mediofondista, algo que ocurriría poco después. «Los que son tramposos, son tramposos por naturaleza, y la mayoría van a repetir», sentenciaba entonces.

En enero de este año, la IAAF decidió apartarla definitivamente del deporte tras su cuarto positivo en cinco años, aunque eso no dio por terminada su relación con el atletismo y la trampa. Este análisis, que ha sacado a la luz 31 nuevos positivos de 6 deportes diferentes en 12 países. De ellos, ayer se hizo público que 14 eran atletas rusos, y tras desvelarse el positivo de Onyia, quedarían otros 16 casos aún en el anonimato.

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