Sergio García, en un arranque de rabia, golpeó unas ramas con el palo y se lesionó el hombro derecho
Sergio García, en un arranque de rabia, golpeó unas ramas con el palo y se lesionó el hombro derecho - REUTERS

Golf | Open británicoLos españoles capean el temporal en Royal Birkdale

Sergio García, pese a lesionarse el hombro, firmó una vuelta de menos uno y se mete en el torneo

Southport (Inglaterra) Actualizado: Guardar
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«Niños, no hagáis esto en casa», sería el mejor mensaje que transmitir a la legión de jóvenes seguidores de Sergio García después del rapto de furia que sufrió en el hoyo 4 de Royal Birkdale. Después de una mala salida que le llevó a los arbustos de la derecha y de tener que sacar la bola de allí con dificultad, pegó el típico golpe de deseperación a las ramas en las que se encontraba. Con tal mala fortuna que golpeó en un tronco duro y el impacto le retumbó en el hombro. «Fue una tontería, no puedo decir otra cosa, sobre todo porque estuvo a punto de costarme el torneo», comentó abrumado al terminar. En esos momentos se veía fuera del juego en el fin de semana, con el brazo dolorido y en el siguiente hoyo optó por la tremenda.

«No sé si sería un punto de inflexión, pero en el hoyo 5 pegué el mejor drive del día y acabé haciendo eagle».

De manera que con el resultado enderezado y la atención del fisioterapeuta sobre la marcha («me dio unos antiinflamatorios y unos masajes») se fue centrando de nuevo hasta el punto de terminar la jornada bajo par (69 golpes). «Tengo que estar muy orgulloso que cómo he sabido llevar un día muy duro y de que, a la postre, vaya a estar el fin de semana con opciones. Voy a tratarme de nuevo para poder hacer menos golpes mañana», concluyó. Con (+2) se encuentra a dos golpes del líder provisional Matt Kuchar (-4) y con mucho golf aún por disputarse en un campo que por momentos se va volviendo más fiero.

A esas alturas, con medio plantel aún por terminar de jugar, el viento matutino terminó por desquiciar a un Jon Rahm que salvó la jornada a base de paciencia. «Era totalmente incontrolable -reconoció el vasco- y había veces que echabas la bola adelante sin calcular el palo porque era imposible adivinar los metros que ibas a hacer». Comenzó con tres bogeys seguidos y luego enganchó otra racha de cuatro consecutivos entre el 11 y el 14 que a cualquier otro le hubiera mandado para casa. «Es que los bogeys salían sin querer, pero yo me manteía tranquilo porque sabía que todavía tenía dos pares cinco por delante y nunca me preocupé por no pasar el corte». Con dos birdies en el 15 y el 17 sumó un (+3) total que le permite mirar hacia adelante. «¿Que si puedo ganar, por supuesto; ¿que si voy a tener que jugar mucho mejor que hoy para hacerlo?, pues también», fue su reflexión final. Solo tiene dos problemas por solucionar que no están en su mano: el tiempo dantesco que se prevé para el fin de semana y unas molestias isquiotibiales que no le dejan mover bien la bola hacia la izquierda.

Rafa Cabrera, al par total después de los 73 impactos de hoy, volvió terminar como el español mejor colocado. «Sigo a tiro del liderato y con todas mis opciones intactas», comentó esperanzado. En un día tan ventoso lo importante era acabar con el menor daño posible, pues sabía que la mayoría de los jugadores iban a hacer cuatro o cinco golpes más de lo habitual. «No se podía controlar la bola y mi único deseo en toda la mañana era poder llegar al hoyo 15 para afrontar el primer hoyo en el que había opción de bajar golpes», bromeó.

Pablo Larrazábal batalló toda la jornada pero se vino abajo en los últimos hoyos para acabar con (+6). «Creía que lo tenía controlado, pero me cambió el aire en los pares cinco y pegué un mal golpe en el 17 que se me quedó injugable». Justo esa cifra, pero en negativo (-6), fue la que firmó un Jordan Spieth que se mostró imperial durante la jornada. A pesar de jugar en las peores condiciones posibles (además del vendaval tuvo que aguantar la tremenda lluvia que obligó a suspender el juego durante un cuarto de hora) ganó dos golpes sobre su compariota Matt Kuchar. Con solo nueve hombres bajo par y una clima que se suaviza para el fin de semana, el espectáculo que se va a vivir hoy en Southport promete ser de primera magnitud.

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