Mundial de atletismo

Farah compite contra Bolt

Electrizante victoria del ídolo local en los 10.000 metros. El jamaicano logra un triunfo sin brillo en las eliminatorias de 100

JOSÉ CARLOS CARABIAS

La grandeza del atletismo, su sentido de deporte rey en los Juegos, se resume en el maravilloso desarrollo y desenlace de la final de 10.000 metros. Una sinfonía de explosión, color y resistencia en la que Mo Farah se impuso en un estado próximo al paroxismo , grapado al público, a sus sentimientos. El inglés venció en una carrera fabulosa, épica, protagonizada por los atletas africanos. 15 nativos de Kenia, Etiopía y Uganda corriendo como liebres después de nueve kilómetros electrizantes, en los que el público se dejaba la garganta cada vez que su nacionalizado, Farah, se ponía en cabeza. Ganó el inglés en una mezcla de pasión y genio, el último cuatrocientos a ritmo de muerte, los brazos al cielo siempre plomizo de Londres.

Durante unos minutos, Mo Farah compitió en celebridad con Usain Bolt y su cuenta atrás en la despedida del atletismo. Se estrenó en las eliminatorias de 100 metros, como todas las centellas de la velocidad que desfilaron por esa pasarela.

El público reparó, por encima de todos, en dos personajes. El bien y el mal, a su juicio soberano. Se ensañó con el norteamericano Justin Gatlin , multirreincidente en el dopaje (estuvo sancionado por ocho años y luego redujo su castigo) y ya amonestado severamente por la grada en Río de Janeiro. El gesto adusto de Gatlin contrastó dos minutos después con el rugido fenomenal para recibir a Usain Bolt.

La cámara, la gente, las marcas buscan su camaradería y complicidad. Bolt, que lleva un año gris , corrió más pesado que otras veces, sin la frescura y el vértigo que lo han entronizado. Salió mal y tuvo que exprimirse más que otras veces en estas rondas preliminares para vencer a sus oponentes con una sensación de menor poderío.

Una ceremonia breve, con las melodías de los intérpretes que han prendado al público de todo el mundo y la entrega de antiguas medallas que sus propietarios no pudieron recoger por el dopaje de sus adversarios, estrenó el Mundial de Londres.

Los españoles inauguraron el Mundial con mala traza. Eusebio Cáceres fue el único de los concursantes en la clasificación del salto de longitud que realizó tres nulos. El alicantino aspiraba a ingresar en la final, que lo hubiera devuelto al primer plano de la elite. Como cuando hace cuatro años, en el Mundial de Moscú, se presentó como el cuarto mejor saltador del planeta. Pero su progresión, a los 25 años, se frenó este viernes en el este de Londres.

Marta Pérez corrió con mucho coraje en la serie de 1.500 femeninos. Su tanda fue la más rápida, pero insuficiente su tiempo para acceder a las semifinales. La misma suerte corrió Solange Pereira.

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