Amelia del Castillo, primera presidenta de un club de fútbol, el Atlético de Pinto (1962)
Amelia del Castillo, primera presidenta de un club de fútbol, el Atlético de Pinto (1962) - abc

Mujeres en vestuarios masculinos

Aún con dificultades y rumores, las féminas avanzan hacia la igualdad al entrenarlos a ellos

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Son destellos que todavía levantan sospechas. En fútbol, en baloncesto, en tenis, en Fórmula 1 surgen voces femeninas que reclaman su participación en estratos superiores a los del terreno de juego. No por ser mujeres, sino por tener plena capacidad para gestionar la disciplina, el consejo y el éxito de sus congéneres masculinos.

Conchita Martínez, capitana de Copa Federación y Copa Davis, es la última en sumarse a una lista que todavía cuenta con pocas integrantes. Es el siglo XXI, pero en cuestión de deporte quedan reminiscencias de tiempos pasados, como los que desafió Amelia del Castillo. Su pasión por el fútbol la llevó a esquivar insultos, romper puertas y a crear un equipo masculino, el Atlético de Pinto, en los años 60.

Presidenta, directora, entrenadora… hasta consiguió que Vicente Calderón le prestara equipaciones. Escuchó críticas día sí, día también, pero medio siglo después el estadio del equipo madrileño lleva su nombre. A su estela, Teresa Rivero fue otra de las que rompieron moldes para hacerlos a su gusto al frente del Rayo Vallecano. En 2006, el Athletic Club tuvo a Ana Urquijo como presidenta. Hoy, Isabel Tarragó y Victoria Pavón siguen sus pasos, y dirigen al Llagostera y al Leganés, respectivamente, en la Liga Adelante.

No solo fútbol. En otro coto de casi exclusividad masculina como es la Fórmula 1, Monisha Kaltenborn maneja, ordena y da las directrices en la escudería Sauber. Y la Federación Internacional de Triatlón cuenta desde 2008 con Marisol Casado de presidenta.

Pocas son las profesiones en los que se atiende al género antes que al saber. Mientras nadie duda de la capacidad de una doctora con respecto a los de un doctor, el deporte es un coto de recelos dirigidos casi en exclusiva en una misma dirección. La normalidad con la que Miki Oca, Lucas Mondelo o Jorge Dueñas dirigen con tremendo éxito a un grupo de chicas choca de lleno cuando se intercambian los papeles. Talento y competencia acreditada en ellos, rumores aun antes de ejercer en ellas.

De tú a tú

Pero poco a poco, también en los banquillos hay destellos esperanzadores. El Viterbese, de la Segunda B italiana, encontró en Caroline Morace la mejor apuesta para liderar el equipo. El Clermont Foot 63, de la Segunda división francesa, vio en Corinne Diacré una buena estratega más allá de su nombre. Gestionan un vestuario de deportistas, sin apellidos. Aunque Diacré no fue la primera opción: la losa de los murmullos y las críticas pesó demasiado en la espalda y la paciencia de Helena Costa, que renunció al cargo antes de que iniciara la temporada.

A veces, los techos no son de cristal, sino de acero. Lo fundió por méritos Carme Lluveras aceptando el cargo de dirigir al Unicaja, y al Aracena, al que ascendió hasta la Liga EBA de baloncesto, desde la segunda Autonómica. Lo ha hecho añicos Becky Hammon, ascendida a entrenadora del equipo masculino de los San Antonio Spurs, una de las franquicias más potentes de la NBA, durante el periodo estival. «Quiero que la gente sepa que me contrataron porque estaba cualificada, porque Gregg Popovich apreciaba mi cerebro. Ser una mujer no tiene nada que ver con esto. Pero soy consciente de la importancia del paso», explicaba Hammon, que ya había pasado a la historia al ser la primera mujer fichada como segunda entrenadora en la NBA.

Lo resquebrajó Amélie Mauresmo, no exenta de tensión en sus primeros días como entrenadora de Andy Murray. «Mucha gente me criticó por estar trabajando con ella, y demostramos que las mujeres pueden ser muy buenas entrenadoras. Agradezco a Amélie su valiente decisión, y no veo razón alguna para que esto no siga avanzando en el futuro», tuvo que salir al quite el tenista. Y continúa abriéndolo Conchita Martínez. Campeona de Wimbledon en 1994, campeona de Copa Federación en cinco ocasiones (1991, 1993, 1994, 1995 y 1998). Títulos, conocimientos, disciplina, consejos y capacidad para llevar a buen puerto al tenis español, en femenino y en masculino. «Yo soy mujer, pero para mí lo importante es que se valore y se respete lo que hecho por el tenis. Realmente me honra que los chicos confíen en mí. Tengo experiencia para liderar este proyecto». Destellos a los que les falta la normalidad para iluminar el deporte, se apellide como se apellide.

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