La Isla busca nuevos proyectos en los que basar su desarrollo económico, urbanístico y social. :: C.C.
SAN FERNANDO

Un futuro que no llega

La posible marcha del Centro de Formación de Tropa de San Fernando reabre el debate sobre la situación del municipio y sus opciones de desarrollo económico

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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San Fernando ya tiene un grave problema, aunque la preocupación radica en que la situación continuará empeorando. Y lo hará porque se desconoce cuándo comenzará a beneficiarse del modelo de ciudad al que se pretende dirigir y porque continúa perdiendo las bases de su modelo anterior. La posible pérdida del Centro de Formación de Tropa de Camposoto (un mazazo de seis millones de euros), reabre el debate sobre su futuro desarrollo económico. Dicho de otra manera, ¿de qué va a vivir La Isla?

Antes lo hacía de lo militar y lo naval. Entonces se dio cuenta de que los municipios del entorno parecían vivir mejor del turismo y cambió la tendencia. Unido a la supresión del servicio militar obligatorio y las grandes extensiones de terrenos de Defensa en desuso, creció el sentir de la necesidad de recuperar suelos. El problema es que esos suelos recuperados no se han desarrollado, mientras lo militar continúa perdiendo protagonismo y repercutiendo en la economía de la ciudad, cuando lo naval lleva años moviéndose en la cuerda floja. ¿Hay que seguir recuperando suelo o volver a reclamar la importancia militar que se tenía?

Entre tanto, la zona que quedaba libre en la ciudad padeció el 'boom' inmobiliario y se llenó de viviendas con pocos equipamientos destinados al ocio y al turismo. El resultado fue una ciudad dormitorio que se aprovechó de su cercanía a Cádiz para vender viviendas.

Y a partir de ahí un cúmulo de despropósitos preocupantes y de proyectos estancados como consecuencia de la crisis y la mala planificación. La meta está clara: abrirse al turismo. El problema es que los caminos que se han recorrido no han llevado ni a ese ni a otro sitio. Y la mejor prueba de ello es la situación de los grandes proyectos de la ciudad.

El tranvía, que debería haber circulado ya en 2010, no sólo no ha llegado, sino que sigue sin tener fecha para llegar. Se pretendía conectar la localidad con Cádiz y Chiclana para aprovechar su turismo, pero la imagen que se da dista mucho de ser la mejor para atraer a visitantes. Losas levantadas, vallas y escaso mobiliario urbano con mala presencia por suciedad y óxido.

Los suelos de la Fábrica de San Carlos y los polvorines de Fadricas son los que deberían de acoger este desarrollo de cara al turismo, con la venta de una playa que se diferencia de las demás al encontrarse en medio de un Parque Natural. Pero faltan hoteles, la principal carencia de una ciudad que por año tiene menos camas ante la situación de algunos de sus complejos. Sin embargo, se desconoce cuándo, cuántos, camas, estrellas. Imposible dar fechas o poner plazos aún.

Precisamente un hotel hay planteado en Janer, un suelo de carácter industrial. Se espera saber qué firmas lo explotarán y, sobre todo, fecha y plazos de obras, pues se desconocen. Y si de suelos industriales se habla, hay que hacer mención a espacios como Fadricas II, cuyas parcelas en vez de acoger a naves se han convertido en escombreras; y Puente de Hierro, que sigue sin tener una actividad destacada.

Mención aparte merece el Bicentenario, cuya chispa del 2010 se ha ido apagando hasta perder interés nacional. Sus construcciones no se han puesto en valor o continúan cerradas. Se han perdido equipamientos, pero sobre todo falta contenido. Ni Puente Zuazo, ni Carenero, ni espacio museístico interactivo en el Real Teatro de Las Cortes ni Centro de Interpretación del Parlamentarismo.

Lo que viene

A estas alturas, San Fernando debería de tener su futuro medio construido y en realidad está poniendo aún los cimientos. Tras no haber dado aún con la tecla, el gobierno de Loaiza ha puesto sus miras en otro posible yacimiento turístico: Camarón de La Isla. Hace 22 años que el cantaor se convirtió en leyenda y San Fernando sólo tiene su mausoleo, una peña y una estatua. Los esfuerzos se dirigen a levantar de nuevo su casa (estaba en ruinas) para que sea un lugar de peregrinación del flamenco.

Además, se quiere sacar del olvido la Casa Lazaga para convertirla en el museo del artista. Ya hay un convenio con la familia para dotarlo. A todo ello hay que sumar el esfuerzo de entidades privadas por generar actividades flamencas durante todo el verano. Nuevos proyectos que no deben caer en el olvido y que deben servir para generar sinergia económica.

Pero hay que ser realistas y conscientes de que hasta que no pasen unos años no se podrá valorar si la apuesta fue acertada o no. Nuevos proyectos que no deben caer en el olvido y a los que aún les falta para saber si son el futuro o no de San Fernando. Un futuro que no llega, que se resiste a llegar y que de nuevo cambia la dirección dando ahora sus primeros pasos.