Los maestros transmiten su arte

Muchas criaturas no saben la base, y se ponen a aprender cosas modernas sin tener en cuenta la medida del compás o los pasos básicos. Sobre eso sí se puede construir». Juan Parra, un experimentado bailaor de Jerez que se ha paseado por grandes teatros como el María Guerrero y que lleva 30 años dedicado a la docencia del flamenco, es uno de los 40 profesionales que durante las dos semanas del festival ha impartido clases y tratado de transmitir su experiencia y su arte a los alumnos que participan de esta oferta.

Y es que como recordaba ayer el Premio Nacional de Danza Javier Latorre -después de recalcar que «parte de ese galardón es de Jerez y de su festival»-, una de las grandes patas de esta cita anual con el flamenco son estos cursos que demuestran que «este arte está al alcance de todos, no hace falta nacer en un lugar determinado o ser de una etnia concreta». Latorre, que se declaró un apasionado de la docencia, reivindicó la importancia de la enseñanza de la danza clásica para «saber colocar el cuerpo» y dejó claro que «no se puede transmitir lo que no se sabe, lo que no se ha vivido antes en un escenario».

Una idea parecida defendió ayer La Truco, una artista que imparte sus clases en Madrid, en la escuela de Amor de Dios, y que ha viajado a remotos confines del mundo para enseñar sus técnicas. «No sabéis cómo bailan flamenco en lugares como Kazajistán», apuntaba ayer esta docente que defiende que los alumnos deben cambiar de maestro periódicamente «para no estancarse, para evitar la copia y así sacar de dentro su propia expresión».

La Truco, que suma ya tres ediciones como profesora en un Festival de Jerez al que en otras ocasiones también ha traído sus espectáculos, recalcó ayer el buen nivel de este año y puso de relieve la necesidad de «conocer bien el propio cuerpo antes de bailar».

Para Ana María López, otra profesora y bailaora nacida en Jerez y criada en el corazón de San Miguel, «lo que es verdaderamente importante es conocer el cante, su cadencia, saber cuándo entrar a bailar», mientras que para Faustino Núñez, un gallego con alma flamenca, la clave de sus talleres de 'Flamenco pa'toos' es que «enseñamos lo que me hubiera gustado aprender a mí: a distinguir los distintos estilos de los palos flamencos».

Unos cursos de «muy diferentes estilos y escuelas» que son la «esencia» de un festival que «no sería lo mismo sin ellos», como dijo su directora, Isamay Benavente.