Los viñistas de esta cooperativa sanluqueña ya se han lanzado a la calle ante su gravísima situación. :: L. V.
Jerez

Los cooperativistas de Sanlúcar que venden a Nueva Rumasa, al borde de la quiebra

Los socios de la Caridad, que vendió su bodega y sus cosechas a Ruiz-Mateos, apenas cuentan con los ingresos de su despacho de vinos

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Los 700 socios de la Cooperativa Virgen de la Caridad de Sanlúcar y la quincena de empleados que trabaja en sus instalaciones ya solo pueden lanzar un SOS desesperado. Y es que los impagos por parte del grupo Nueva Rumasa, al que no solo vendieron su joya, la bodega Caydsa, sino también sus cosechas hasta el año 2030, los han colocado una situación insostenible que les acerca casi irremediablemente a la quiebra.

Así lo expuso ayer el secretario de la federación Agroalimentaria de CC OO en la provincia de Cádiz, Luis Paez, que mantuvo un encuentro con varios miembros del consejo rector de la cooperativa sanluqueña del que sacó la única conclusión posible: «La situación es gravísima, están al borde del abismo y eso significa que buena parte de la economía de Sanlúcar y su comarca está en juego».

Paez constató ayer lo que los propios viticultores ya han puesto de relieve en las movilizaciones que han protagonizado y en sus declaraciones públicas. «Están atados de pies y manos, sin salidas, porque no les llegan ingresos por la venta de la bodega, tampoco por la de las cosechas ya que llevan varias campañas sin abonar, y prácticamente el único dinero que les entra es lo que ganan con la venta al público en su despacho de vinos, una cifra absolutamente testimonial».

Hay que recordar que el presidente de la junta rectora de la cooperativa Virgen de la Caridad, Juan Juez Sarmiento, ya había confirmado hace días que las negociaciones con Nueva Rumasa «están rotas», al tiempo que había recalcado que el grupo propiedad de los Ruiz-Mateos tiene con ellos una deuda no atendida de 893.000 euros de la cosecha de 2009, a la que hay que sumar otros 809.000 de deuda vencida y no atendida. A ello restan por pagar los 11.400.000 euros de la venta de Caydsa a hacer frente en una década, de los que sólo se han cobrado 600.000 euros de la operación realizada en 2009.

Del mismo modo, el representante de los 700 viticultores que ven ahora su futuro en juego había explicado que el último ofrecimiento del grupo, al que se negaron, había sido proponerles que se queden con 3.600 botas de vino que hay en la bodega por valor de 400.000 euros para cobrar pagarés impagados de 700.000 euros.

En esta situación, y con una deuda propia cada vez más alta por todos estos problemas, los cooperativistas explicaron ayer al responsable de CC OO -que les ofreció colaboración sobre todo en materia laboral para la plantilla- que en estos momentos su única esperanza es que las administraciones escuchen su llamada, les permitan refinanciar los pagos y salgan en su ayuda. Para ello, están manteniendo reuniones a todos los niveles.