El parque de la Victoria terminará su remodelación a mitad de febrero

A mediados de febrero terminarán las obras de remodelación del parque de La Victoria. Varias décadas después de su cierre y tras la inversión de casi medio millón de euros -con cargo a los presupuestos municipales y al Plan E del Gobierno central-, el histórico jardín recuperará su esplendor y, lo más importante, su papel de espacio para el ocio y esparcimiento de los vecinos con la inclusión de un parque infantil y un quiosco merendero.

Así lo confirmó la concejala de Medio Ambiente, Blanca Merino, quien apuntó que el motivo del retraso - la conclusión estaba prevista para diciembre- se debe a la nueva reproducción de las estatuas que representan a las cuatro estaciones y que en un principio iban a ser elaboradas en terracota.

Pero los vecinos demandaron que se tallaran en mármol, como las originales, que se encuentran en el museo municipal. No obstante, aún no existe una fecha concreta para la inauguración del parque. Antes de recepcionar las obras, el propio Ayuntamiento de El Puerto tendrá que realizar una segunda inspección con los vecinos -la primera fue el pasado verano- a fin de comprobar que se han recogido todas sus peticiones.

Un proyecto polémico

Entre las más significativas, la de la popular Fuente de los Patos, que de su estética monumental ha derivado en una rocalla de piedra de la que saldrá agua por un conducto interno, a modo de fuente. Los presidentes de las distintas barriadas de la Zona Norte -Sudamérica, Los Frailes, El Tomillar, El Tejar, Altos de la Bahía, Palmar de la Victoria, etc; realizaron una visita con el alcalde, Enrique Moresco, y la edil de Medio Ambiente, tras la que pidieron más farolas en la banda oeste del paseo, o la incorporación de respaldos para los bancos, entre otros. La tercera fase también ha incluido una red de drenaje que evite estancamientos, y la restauración del antiguo templete de música.

Este ha sido uno de los proyectos más controvertidos de la presente legislatura del Partido Popular y gran quebradero de cabeza para la anterior edil de Medio Ambiente, Beatriz Fuentes, que dimitió hace un año. Sonado fue también el enfado del arquitecto Ramón Pico, porque los vecinos no comprendieron el carácter minimalista que pretendió infundar.