Jerez

CELESTE NO ES UN COLOR

Dejen los pañitos celestes para paños y gallardetes y preparen mantos azules para nuestras imágenes

VESTIDOR Actualizado: Guardar
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Con este título se presentaba hace ya muchos años una película de dudosa calidad cinematográfica protagonizada por la actriz Lina Morgan.

Y lo saco ahora a colación en este artículo por dos motivos: porque el celeste no es un color propio para los mantos y sayas de las dolorosas en la festividad de la Inmaculada y porque los paños que normalmente se utilizan para confeccionarlos son de la misma dudosa calidad que la película que nos presta el título, salvando inexcusablemente a la hermosísima saya de la Virgen de la Encarnación cuajadita de rosas que lucirá a primeros de diciembre.

Sí, cofrades, sí. Ahora que está tan de moda criticar las vestimentas de las vírgenes en Internet y en sus foros cofradieros, no podemos pasar por alto que alguna de esas críticas son fundamentadas. No creo que las imágenes marianas haya que cambiarlas a toda costa cuando llega una fiesta como la de la Inmaculada, y mucho menos para empobrecerlas con brocaditos celestotes de mala calidad, poca seda y mucha fibra. Cada uno le pone a su Virgen lo que quiere y lo que puede; hasta ahí de acuerdo. Pero soy de la opinión de que es preferible menos cambios y menos ropas y que la que tenga sea de la calidad y la categoría que merecen las tallas que representan a la Reina de los Cielos en nuestra ciudad.

Y en el ojo del huracán están los vestidores, que la mayoría de las veces no contamos con la infraestructura ni los medios adecuados para poder realizar la labor artística y piadosa de vestir a la Madre de Dios, porque en las hermandades se gasta gustoso el dinero en una buena banda que toca, cobra y se va, pero a la hora de preparar un buen ajuar para que lo luzca la Virgen a lo largo del año nos miramos más el bolsillo.

Dejen los pañitos celestes para las banderas y gallardetes y preparen para las imágenes buenos mantos de terciopelo azul, que aunque sean lisos, seguro que revisten de mayor dignidad al sagrado icono de María.