Los trabajadores de una promoción de Imasatec paralizaron las obras recientemente por impago. :: J. C. C.
Jerez

La constructora Imasatec debe 42 millones y se declara en quiebra

La entidad ha presentado la comunicación de insolvencia previa al concurso de acreedores ante los juzgados

JEREZ. Actualizado: Guardar
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El sector inmobiliario sigue sumando cadáveres a su lista negra. En esta ocasión le ha tocado el turno a la constructora Imasatec, que según ha podido saber este medio por fuentes de solvencia presentó la comunicación de insolvencia previa al concurso de acreedores en los juzgados de lo Mercantil, el pasado 4 de junio. Un nuevo varapalo para el ladrillo jerezano, dado el peso de la compañía en la ciudad encargada de la construcción de numerosas promociones, incluidas Viviendas de Protección Oficial.

Precisamente Emuvijesa (Empresa Municipal de la Vivienda) es una de las entidades que debe alrededor de cuatro millones de euros a la promotora, lo que ha supuesto un grano de arena más en la difícil coyuntura económica de ésta, que según las mismas fuentes debe a sus acreedores la nada desdeñable cifra de 42 millones de euros, mientras que otras entidades arrastran con ella un débito de 50 millones. Hace unas dos semanas la empresa convocó en asamblea a todos los proveedores afectados de Andalucía a los que presentó en el Hotel Guadalete una alternativa para no tener que declararse finalmente en quiebra.

La propuesta pasaba por aplicar una quita del 35%, de tal forma que se pagaría al proveedor sólo el 65% restante a partir de tres años. En el supuesto de que los acreedores no estuvieran de acuerdo, la compañía haría firme la solicitud concursal y en ese caso todo quedaría en el aire. Según estas fuentes, la asamblea se negó a renunciar a parte de su dinero por lo que no dio luz verde a la alternativa puesta sobre la mesa, aunque aún se sigue negociando no sólo con los acreedores afectados en Jerez y Andalucía, sino en toda España.

Expertos legales que estudian representar a algunos de los perjudicados ante la posibilidad de que el caso fuera llevado a juicio, han explicado que a la constructora se le podría imputar un presunto delito de alzamiento de bienes al haberse producido un «engaño» a los proveedores. Como argumentan, Imasatec les trasladó en marzo su intención de abonar los pagarés que vencían ese mes entre septiembre y diciembre, pero apenas tres meses después se declaró en quiebra.

Asimismo, como señalan, pese a estar en una supuesta situación de insolvencia, la firma pagó a uno de los afectados, Besel S. A, una cantidad que no ha trascendido para archivar una solicitud de concurso de acreedores que aquélla a su vez había presentado tres días antes. Este hecho hizo sospechar a algunos de que la presunta insolvencia no era tal, puesto que se había realizado un abono privilegiado a uno de los proveedores frente al resto.

Los damnificados

Lo peor de todo, como suele pasar en estos casos, es la cantidad de pequeños y medianos empresarios que con toda probabilidad perderán parte de sus ganancias, lo que en algunas familias podrá convertirse en un verdadero drama ante la imposibilidad de hacer frente a sus hipotecas. En la asamblea celebrada recientemente en el Hotel Guadalete se vivieron momentos de tensión -con amenazas de muerte incluidas-, ya que muchos confesaron los problemas con los que se están encontrando a finales de mes, pues a algunas subcontratas se les deben hasta 900.000 euros.

Como se recordará, el pasado mes de marzo varias decenas de operarios de una promoción de VPO de la citada compañía en la zona sur paralizaron las obras ante la falta de pago de sus salarios. Ahora se presenta el interrogante añadido de qué ocurrirá con esas viviendas que aún están por entregar y con lo abonado por sus propietarios.