La pasarela peatonal sobre el río estará lista en primavera

La próxima primavera, los habitantes de la Bahía no tendrán que entrar con su vehículo en el centro de El Puerto para disfrutar de su ambiente de bares y comercios. Podrán acceder a la ciudad por la antigua Nacional IV, evitar el embudo de la rotonda de Pozos Dulces y aparcar antes, en la margen izquierda del río. Tras cruzar cómodamente a pie o en bicicleta cien metros de distancia se hallarán en la Ribera del Marisco, a dos pasos del casco histórico.

Esta anécdota es la aplicación práctica de uno de los proyectos más ambiciosos de la ciudad y primer paso dentro del desarrollo de los terrenos portuarios, que cambiará completamente la fisonomía del entorno del río y La Puntilla en los próximos años. Habrá una segunda pasarela, competencia de la Autoridad Portuaria (APBC) y un gran puente. El alcalde, Enrique Moresco, presentó los planos de la pasarela que, con un presupuesto de 1,3 millones de euros, costeará la empresa municipal Impulsa. «Llevamos más de treinta años hablando de esta pasarela, que al fin hemos rescatado del cajón. Es una infraestructura imprescindible para completar el plan de movilidad que hemos iniciado con la peatonalización del casco histórico. Será un hito en El Puerto».

Se prevé que los trabajos comenzarán en otoño y con un plazo de ejecución de cinco meses, deberán concluir al borde de la Semana Santa. «Es una obra sencilla y muy poco agresiva, que no causará problemas de tráfico».

Los detalles

La pasarela tendrá una anchura de seis metros, de los que tres serán para el paso peatonal, dos para el carril bici, y el resto para barandillas y pantallas antiviento. El tráfico será restringido al transporte público y a residentes. La pasarela estará sustentada por dos pilares de hormigón entre los que se dará una elevación central de 3,75 metros sobre la pleamar para permitir el paso de pequeñas embarcaciones. El tramo central, la pasarela propiamente dicha, estará compuesta por estructuras metálicas prefabricadas y se unirá a los pilares mediante piezas circulares decorativas que aportarán sensación de continuidad entre el tramo de hormigón y el metálico. El diseño ha evitado los elementos verticales con el objetivo de no romper la estética del entorno. La pasarela será una infraestructura funcional que pasará desapercibida y no le restará protagonismo al Guadalete ni al parque Calderón.

De forma paralela a la construcción del puente se habilitará un aparcamiento provisional sobre una superficie de 13.300 metros cuadrados con 430 plazas: 357 para turismos, siete para discapacitados y 66 para motocicletas. Esta será la alternativa para los conductores mientras se construye otro 'parking' subterráneo en Pozos Dulces previsto por el Consistorio.