La huelga amenaza otra vez al servicio de autobuses urbanos. / L. V.
Jerez

La plantilla de Cojetusa anuncia que si no cobra mañana convocará huelga

Los trabajadores se reunirán en asamblea el miércoles para dar su visto bueno a los paros totales, que se extenderían durante una semana

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«No estamos dispuestos a aguantar otra vez tres meses sin cobrar; esta vez no vamos a esperar tanto». Así de contundente se mostraba ayer José María Romero, presidente del comité de la empresa concesionaria del transporte urbano, Cojetusa. Y es que los empleados siguen sin ingresar la nómina del pasado mes de septiembre, tras el acuerdo alcanzado in extremis hace una semana y que abortó la convocatoria de huelga que estaba prevista.

El miércoles habrá pues sendas asambleas para los trabajadores de los turnos de mañana y tarde, en las que éstos decidirán, en última instancia, si esta vez hay huelga total, que en principio se extendería durante una semana. «Si no hemos cobrado, habrá huelga seguro, ya que es impensable que no sea así», adelantó José María Romero.

Breve entendimiento

Hay que insistir en que el encuentro celebrado la semana pasada en el Sercla (Servicio Extrajudicial para la Resolución de Conflictos Laborales) consiguió desconvocar una huelga que parecía segura. No han pasado ni siete días y la sombra de los paros vuelve a planear sobre los autobuses urbanos, con el consiguiente perjuicio a los usuarios.

El pago de los salarios atrasados fue precisamente lo que provocó que las partes llegaran a un entendimiento que al final ha durado bien poco.

La empresa, en numerosas ocasiones, ha responsabilizado de esta situación al Ayuntamiento de Jerez, por el impago de la deuda municipal con la concesionaria. Según Cojetusa, el Consistorio le debe nada menos que 26 millones de euros.

La plantilla ya advertía la semana pasada que la huelga había quedado «suspendida» y esperaban «no tener que llegar a octubre y hacer una asamblea para que nos paguen el mes de septiembre». Algo que finalmente ha sucedido.

Mientras tanto, los trabajadores están a la espera de ser informados de la operación de compraventa con Linesur, siempre teniendo en cuenta que Cojetusa, propiedad de FCC, quiere abandonar desde hace tiempo un servicio que ya ha dejado en otros lugares situados en el territorio nacional.

Por su parte, Linesur planea dar el salto del transporte interurbano al urbano.

Sin embargo, mientras se cierran los flecos pendientes, a nadie escapa que la amenaza de una huelga puede perjudicar a una operación de este tipo. Se trata de un problema que se une al de la deuda municipal que arrastra el Ayuntamiento con la concesionaria del transporte urbano. Los trabajadores, mientras tanto, aseguran no saber nada, «a pesar de todo lo que se dice en la calle durante estos días».