Tu factura pasará factura

La primera pregunta que deberíamos hacernos los consumidores de energía eléctrica es: ¿podríamos vivir sin electricidad?, ¿qué ocurriría si se fuese la luz? La industria y gran parte del transporte se paralizaría, en nuestros hogares no funcionarían nuestros electrodomésticos, etc...

En España, sólo el 28% de la electricidad que consumimos la obtenemos de recursos propios, por lo que dependemos fuertemente de las importaciones del exterior. Pero además de ser un gran costo de divisas para España, la generación de electricidad a partir del carbón, centrales de ciclos combinados y cogeneración supone una emisión anual de unos 100 millones de toneladas de CO2. Si no tomamos medidas de contención de esas emisiones, la temperatura media de la tierra subirá al menos 2 ºC a lo largo del siglo XXI, según informe del IPPC (Prevención y Control Integrado de la Contaminación del Ministerio de Industria Turismo y Comercio).

La responsabilidad del Medio Ambiente no es sólo del gobierno o de los municipios -que lo es- es también responsabilidad de todos nosotros. La demanda eléctrica del pasado 2008 ascendió a 263.961 gigawatios/hora (GWH) según la Red Eléctrica de España (REE) y se distribuye de la siguiente forma: para la industria, el 44%; para los servicios, el 31%; y para el uso doméstico nada menos que el 25%, y es ese 25% donde los ciudadanos podemos y debemos reducir.

El consumo medio de un hogar español es de 3.272 kilowatios/hora (kWh) al año, eso quiere decir que, la media por hogar de emisión de CO2 es de 1.300 kilos al año de contaminación al medio ambiente.

Formas de ahorrar

La distribución de la energía eléctrica en los domicilios es la siguiente: el mayor consumo en los hogares es debido a los equipos multimedia, audio, vídeo... con un 27% del total del consumo. Esta cifra puede reducirse considerablemente si apagamos completamente los equipos, pues el consumo nacional anual de los equipos electrónicos en modo de espera (piloto rojo) es semejante a la producción de una central nuclear. El siguiente porcentaje de mayor consumo es la iluminación (16%). Si usáramos las lámparas de bajo consumo frente a las bombillas normales, ahorraríamos hasta un 80% de energía y duran ocho veces más. Además, si tienes luces fluorescentes encendidas y vas a tener que volver a encenderlas en menos de veinte minutos, consumirás menos dejándolas encendidas. Después están los frigoríficos con el 14% de consumo. Si compramos aparatos eficientes (clasificación energético A o AA), respecto al que no tenga esta clasificación, el ahorro energético puede significar unos 300 kWh /año lo que representa casi el 10% del consumo medio del hogar.

El uso moderado del aire acondicionado puede evitar consumir en el futuro unos 500 kWh anuales. Es aconsejable, por tanto, que usemos de forma adecuada la calefacción y refrigeración. El consumo energético de un hogar se completa con un 11% en calefacción, un 10% de gasto en televisión, un 7% de consumo en cocina y horno, un 4% de agua caliente, un 3% en el lavavajillas y otro tanto en la lavadora.

Recomendaciones

Además debemos tener en cuenta las siguientes recomendaciones: reducir el uso de equipos que demanden mucha energía, utilizar las escaleras en lugar del ascensor y usar el agua caliente sólo cuando sea necesario ya que ahorrar esa agua es ahorrar energía. Es necesario aislar bien las viviendas y sellar periódicamente los lugares de posible fuga de aire. Para que en verano y en invierno vivamos a una temperatura saludable, ajustemos el termostato entre 21º y 24º. Utilicemos salvapantallas negras, ventilemos la habitación sólo diez minutos. Climatizar el aire es costoso. Pongamos luminarias de bajo consumo en nuestras viviendas con lo que ahorraremos otros 300 kWh anuales. Instalar placas solares para la obtención de agua caliente y placas fotovoltaicas es otra de las medidas.

El ahorro de electricidad es cosa de todos, porque tu factura le pasará factura al medio ambiente y además ahorrarás dinero. La responsabilidad de mejorar nuestro planeta es cosa tuya y de todos los ciudadanos. Lo podemos hacer y lo debemos hacer para dejar a nuestros hijos y nietos un planeta Tierra mejor que el que nosotros heredamos de nuestros padres.