Toda una vida junto al mar

Generación tras generación, los pescadores de la Casería de Ossio han heredado las pequeñas casetas donde guardan sus enseres para salir a la mar. El oficio lo aprendieron de sus padres que les dejaron su sabiduría junto con un trabajo duro. Las arrugas de sus rostros marcadas por el sol y la brisa marina se fruncen ahora al conocer que van a perder una parte de sus vidas. El proyecto de rehabilitación de todo el borde litoral y la regeneración de la playa de la Casería hará desaparecer el lugar que construyeron sus bisabuelos. Elimina también los veranos junto al mar, ya que de los 24 pescadores profesionales que frecuentan la Casería, ocho residen durante los meses estivales en los pequeños módulos de madera o ladrillo. Es el caso de José María Bouza Fournel, que aprovecha el buen tiempo para disfrutar con su familia al máximo de lo que les queda en «su casería». Su mujer María del Mar y sus dos hijos David y Cristian, le esperan sobre las tres de la tarde en la cooperativa de pescadores, un pequeño habitáculo que construyó su padre.

Lo justo

Allí tienen lo justo para comer y dormir. Con las vistas, y los baños en el mar tienen suficiente para vivir. Y ahora aprovechan cada segundo porque saben que quizá el próximo verano no será igual.

Mientras, el Club de Pesca Deportiva Puente de Hierro está a punto de abrir sus puertas, y el Club Náutico Escuela de Vela la Casería continúa en fase de ejecución. El nuevo club náutico tendrá cabida para 130 embarcaciones con esloras de entre tres y seis metros, reservando espacio para embarcaciones de hasta nueve metros. Además se construirán pantalanes fijos sobre los que se apoyarán los flotantes, según explica la web de la Gerencia Municipal de Urbanismo. Todo para los pescadores deportivos, a los que hay que diferenciar de los profesionales. Una distinción que muchos ciudadanos desconocen.

Los pescadores profesionales de la Casería ven frente a ellos la construcción de una zona de pesca de recreo con todas las comodidades, puesta en marcha por el Ayuntamiento, mientras para ellos el futuro se plantea incierto. «Vivimos exclusivamente de la pesca y con lo que sacamos damos de comer a nuestros hijos y pagamos los gastos del barco y la seguridad social». Entre todos se ha conformado en una cooperativa de pescadores artesanales y explicaban que una vez de todo sea derruido tendrían suficiente con dos pantalanes para los diez barcos que salen a la mar, y con unos cuartillos para guardar los materiales y una nevera.

Por ahora, lo único que tienen es un compromiso «de palabra» de la Demarcación de Costas, administración encargada de llevar a cabo el proyecto de rehabilitación del borde litoral y la playa.

El delegado de Agricultura y Pesca de la Junta, Juan Antonio Blanco, fue quien comunicó al portavoz socialista local, Fernando López, que la Administración autonómica abonará el 75% del coste de las nuevas instalaciones, ubicadas junto al Club Náutico. Por su parte, el alcalde, Manuel María de Bernardo, aseguró que apoya a los pescadores y está con ellos «pero la responsabilidad en esta actuación es de Costas». Los afectados continúan en espera de un compromiso firmado.

sanfernando@lavozdigital.es