IU, (des)compuesta y sin el «amor» de Ganemos

Izquierda Unida va de varapalo a varapalo en Córdoba, terreno icónico en su singladura política de décadas donde logró cultivar un particular sistema de supervivencia, clientelismo y escaparate político que anda extremadamente desvencijado a día de hoy. La última década del rosismo terminó cerrando un ciclo de épocas pragmáticas, doradas y califales, del rojo al rosa. Y aunque todos pensábamos que tras la huida al PSOE de la lideresa, y el fallido intento de Andrés Ocaña por sostener los andamios del gobierno-aparato, los nuevos camaradas de la camada de la Corredera iban a tirarse al monte y vivir en el paraíso mental bolivariano como herederos de la cosa, los hay que les han hecho un adelantamiento en toda regla por la izquierda y más allá... Lo que los sondeos revelan, lo que ellos mismos han granjeado pensando en obtener sentados como la cigarra el rédito político en las urnas de «reyes heredia» y «stopdesahucios»; lo que esa izquierda radical antisistema verbaliza y telepredica, se lo tuvieron que tragar ayer en un instituto emblema como es el Gran Capitán. Jamás vieron sus ojos una asamblea en IU o el PCA con más de 530 personas, y ayer, frente a esa panoplia de individualidad cabreada y anti-todo, asistieron al entierro ensayado de lo que un día fueron y pueden ser. Ahora, tras salirles el tiro por la culata de dominar a la fiera, tendrán que recular con el rabo entre las piernas para aspirar al precipicio electoral solos ante el peligro. Adiós a la coalición de partidos donde poner al candidato con cargo público en la «casta». Hola a la agrupación de electores... Nace el riesgo de hundirse en una fracturación del voto de izquierdas en Córdoba para el 24 de mayo próximo y que puede llevarlos a la absoluta marginalidad. Entre Podemos, Ganemos, Equo, Stop Desahucios, Asamblea de Parados y Cabreados... y Sandokán, una coctelera sobre la que produce cierto reparo no llamarla «Cordobemos», van a dejarles pocas papeletas a ellos y el PSOE. Demasiados picos para las migas contadas. Solo había que ver ayer la cara de más de uno.