Siete lugares mitológicos de Galicia

Monte Pindo

Se encuentra junto a la playa de Carnota y juntos forman el espacio natural Carnota - Monte Pindo, que está incluido en la Red Natura 2000.

Se trata de un macizo granítico de 627 metros de altura y su especial forma, con bolos de granito, es lo que inspiró historias mitológicas, por eso los historiadores denominan a este monte el Olimpo Sagrado de los Celtas. Al tratar de explicar la presencia en el monte de los bolos de granito, los antiguos pobladores de la zona recurrieron a historias de princesas, serpientes de siete cabezas, tesoros, hadas, rutas secretas, sacrificios y otros ritos.

Todavía se pueden ver restos de antiguos castillos, castros o ermitas. En la cima está la Pedra da Moa con bañeras naturales, donde se piensa que hacían sus rituales los celtas. En las faldas del monte está la cueva de A Ermida, donde estaba una antigua iglesia. Además de esto también se han encontrado petroglifos, útiles de bronce, medallones, monedas...

En el cercano río Jallas hay una cascada que cae directamente sobre el agua del mar y se dice que hay una puerta mágica custodiada por brujas. La puerta lleva al otro lado al joven que se atreva a pasar, y se puede casar con una princesa encantada o tener una tesoro.

Hubo un castillo (de San Xurxo) para defenderse de las acciones piráticas, pero fue destruido y ya no quedan restos.

Islas Cíes

Las islas pertenecen al municipio de Vigo y forman un archipiélago situado en la boca de la Ría, en la Provincia de Pontevedra (España), formado por tres islas: Norte o Monteagudo, Del Medio o do Faro y Sur o San Martiño. Las dos primeras se encuentran unidas artificialmente por una escollera y naturalmente por el arenal de la Praia de Rodas. Fueron declaradas parque natural en 1980, y están incluidas en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia creado en 2002.

En la antigüedad fueron llamadas Siccae (áridas) y se han encontrado asentamientos desde la Edad de Hierro.

El secreto de las Casitérides (Kassiterides o Cassiterides) fue uno de los secretos mejor guardados de la antigüedad. Eran centros productores de estaño situados en el extremo occidental del Imperio.

Su localización exacta no está clara, pero se cree que estaba relacionado con las islas Cíes., también llamadas islas de los Dioses o Afortunadas. No es seguro que hubiera estaño en estas islas, pero sí que las Casitérides podían haber sido un lugar de intercambio comercial.

También se dice que estas islas fueron el escenario de una guerra entre romanos y tribus indígenas, pues estos se refugiaron allí de los ataques romanos. Pero tampoco está probado que sucediera en las islas o en tierra firme.

Lagunas «asolagadas»

En Galicia se conocen como «ciudades asalogadas» y su existencia mítica se relaciona con las lagunas, en concreto con las de Antela, Cospeito, Doniños y Carregal.

- La laguna de Antela estaba situada en la comarca de La Limia, Orense. Fue uno de los humedales más importantes de la península y la desecaron en los cincuenta. Las leyendas situaban la ciudad de Antioquía (también llamada Lucerna o Valverde) sumergida bajo sus aguas. Fundada por el legendario héroe griego Antíoco o Anfíloco, emigrante de la guerra de Troya; ésta fue destruida por Jesús al haberle negado la limosna que pedía. Fue castigada por el abandono al desenfreno y el paganismo de sus habitantes y el sonido de las campanas a través de las aguas era un símbolo eterno del castigo divino. La leyenda dice que en la mañana de San Juan, con el primer rayo de sol, se puede ver el campanario de la Iglesia. También la noche de Navidad, a las doce en punto, se escucha cantar a los gallos. Además, se cuenta, que es posible ver la ciudad de Antioquía en el Pozo da Meiga.

- La laguna de Fontmiñá es donde nace el Miño pero es un misterio pues no hay fuente. Culpan a la bruja Irimia de tapar con piedras el lecho del río cuando nace, para ocultarlo.

- En la laguna de Cospeito estaba la ciudad de Veria, pero fue inundada por la Virgen porque no había ni templo ni iglesia en ella.

- Debajo de la laguna de as Xarfas también hay una leyenda de una ciudad sumergida, a los pies del monte Louro.

San Andrés de Teixido

En los acantilados aledaños a la iglesia está la «puerta del Más Allá del mundo celta». Una de las leyendas cuenta que San Andrés llegó en barco a los acantilados de Teixido y su barca naufragó, quedando convertida en el peñasco conocido como A Barca de San Andrés. En la iglesia se dice que hay un hueso del santo.

Los acantilados de San Andrés de Teixido son los más altos de la Europa continental, con una altura de 612 metros sobre el nivel del mar.

La iglesia de peregrinación existe desde el siglo XII, cuando fue propiedad de la Orden de Malta, bajo la protección de los condes de Trava. El edificio actual parece datar del siglo XVI, pero hay restos de construcciones del XVII y XVIII. Pero mucho antes en ese mismo lugar hubo una divinidad pagana.

Otra de las leyendas relacionadas con este lugar es la promesa de que «a San Andrés de Teixido, sino no vas de vivo, vas de muerto». Esto es debido a que San Andrés estaba celoso de las peregrinaciones a Santiago y Dios le hizo esta promesa. También pudo ser una compensación divina por el naufragio. Las almas de los que no fueron en vida se reencarnan en animales ponzoñosos, es decir, lagartos, sapos, culebras, sabandijas… y tienen que hacer el camino arrastrándose. También se puede convencer a un vivo para que lo haga en su nombre.

Una leyenda, que no está incluida en la Biblia, es la de que Dios al séptimo día descansó su mano sobre Galicia, formando los valles. En tiempos de Jesús, éste quiso conocer dónde su Padre había descansado y fue con San Pedro. Al llegar no había agua ni comida, y pidió a su Padre, que le envió una manzana, en la que estaba San Andrés. El santo pidió a Jesús que no le abandonara en el fin del mundo, y Jesús le prometió agua y comida abundante y la visita de gentes de todo el mundo.

En las inmediaciones de Teixido hay otras leyendas de doncellas encantadas, casas sumergidas, también está la fuente de la vida y la muerte, y la «hierba de para enamorar» (los claveles marinos).

Pena Molexa

La Pena Molexa es uno de los monumentos naturales más relevantes de la zona. Es un penedo (piedra muy grande que sobresale de la tierra o del mar) de varias toneladas colocado sobre enormes rocas. La leyenda dice que este penedo fue parte de un viejo culto y de una vieja creencia, considerado obra de una divinidad. Seguramente fue un santuario celta, un altar puede que en honor a la Deusa Nai (Diosa Madre) celta, la divinidad femenina que representa a la propia tierra.

Se encuentra a unos 200 metros del castro Monte do Castro.

Nuestra Señora de la Lanzada

Es un pequeña y sencilla capilla del románico tardío del siglo XII, construída sobre restos de otra más antigua.

Hay una leyenda asociada no sólo a la ermita sino en general a la playa de A Lanzada. Esta historia está relacionada con la fertilidad. La tradición indica que tomar un baño de nueve olas durante una noche de luna llena termina con la infertilidad. Otra versión de la leyenda un poco distinta es que las mujeres estériles para conseguir la fecundidad deberán bañarse y contar siete olas desde el número dos hasta el número nueve. Para completar el rito, las mujeres deberán acostarse en la «cama del a Virgen», cerca de la ermita.

Isla de Ons

En la isla de Ons se da la leyenda de la Santa Compaña. La Santa Compaña es una procesión de fantasmas o muertos que a partir de la medianoche recorren los caminos solitarios y los cementerios presagiando la muerte. En la isla de Ons se encuentra «El Buraco do Inferno», o la entrada del infierno. la leyenda dice que es habitual oír los lamentos de las almas, sobre todo cuando hay tempestades y el agua de mar entra en la cavidad del agujero del infierno. Esta leyenda está arraigada en la Galicia rural desde el siglo XIX.

Un toro con cuernos de oro protege la entrada al mundo de los muertos.

En esta isla se puede hacer mal de ojo: hay que meter un trozo de ropa de la persona a la que se quiere dañar en la boca de un sapo. Para conjurarlo hay que ir a la playa y hacer 18 bolas de algas dejando 9 a la derecha y otras 9 a la izquierda. Hay que tirar las de la derecha al mar recitando:

«Ondas do mar sagrado

Tirame o aire de morto,

de vivo ou escomulgado»

Luego se dejan secar en casa las otras nueve y se tiran al mar.