Los 12 castillos más espectaculares de España que se alzan junto al mar

Un recorrido por fortalezas construidas contra piratas o invasores, con el mar como telón de fondo

Castillo de Bellver, en Palma de Mallorca
J. F. Alonso

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La mayor concentración de castillos en España la encontramos en la provincia de Jaén. Dicen que allí se cuentan 237 fortificaciones (entre castillos, 97; torres, atalayas y búnkers, 126, y otras murallas y castros). También hay una gran cantidad en las dos Castillas: en el de Fuensaldaña (Valladolid), por ejemplo, pasaron la luna de miel Isabel la Católica y Fernando de Aragón. Y, al cabo, casi todas las provincias españolas tienen ejemplos de estas construcciones -más de 2.500 en total- que servían para detener el avance de los enemigos que llegaban por tierra… o por mar. En este punto nos detenemos esta vez, en los castillos de la costa, quizá menos frecuentes en los planes de los viajeros, pero igualmente interesantes.

1

Castillo de Santa Bárbara, visto desde el mar Ayuntamiento de Alicante

Santa Bárbara, Alicante

Situado sobre el monte Benacantil (166 m.), frente al mar, con toda la bahía de Alicante al alcance de la vista (y de las armas) de sus moradores. La actual fortaleza parece que tiene su origen en el siglo IX, durante la dominación musulmana. Fue precisamente el día de Santa Bárbara, 4 de diciembre de 1248, cuando se la arrebató a los árabes el infante Alfonso de Castilla, futuro rey Alfonso X el Sabio. En la época de Felipe II fue objeto de una amplia reforma. Sufrió bombardeos durante la invasión francesa, en el siglo XVII, y en la guerra de Sucesión.

2

Castillo de Peñíscola, desde la playa Pau Bellido

Peñíscola, Castellón

Domina el peñón de la ciudad de Peñíscola. En su parte marítima está rodeado por el Parque de Artillería. En verano se organizan visitas guiadas gratuitas que incluyen ambos espacios. Fue construido por los templarios entre 1294 y 1307. Benedicto XIII de Aviñón, el Papa Luna, convirtió el castillo en su sede pontificia en el largo litigio sobre su legitimidad. De aquel tiempo procede la conocida expresión «mantenerse en sus trece». Es un edificio sólido, en buen estado de conservación. Destacan, entre otros espacios, la zona del Cuerpo de Guardia, espacios resueltos con bóvedas de cañón de sillería, y la iglesia, que fue capilla de los caballeros templarios y después de los montesianos, basílica papal de Benedicto XIII y su sucesor Clemente VIII.

3

Castillo de Tossa de Mar Merx /CC

Tossa de Mar, Gerona

El recinto amurallado de la Vila Vella, declarado monumento histórico-artístico nacional en 1931, es una estampa clásica, junto a la playa, de una de las localidades más bellas de la Costa Brava. Fue construido a principios del siglo XIII, y conserva su perímetro prácticamente intacto, con sus cuatro torreones y tres torres cilíndricas rematadas por matacanes. El interior está compuesto por callejones estrechos pavimentados con guijarros que, en el momento de su máximo esplendor (siglo XV), integraba unas ochenta casas, entre ellas la antigua iglesia de San Vicente.

4

Muralla que rodea el actual Parador de Bayona Miguel Muñiz

Bayona, Pontevedra

El castillo de Monterreal está en la península de Monte Boi, una extensión de 18 hectáreas rodeadas de 3 kilómetros de murallas almenadas de entre los siglos XI y XVII. Actualmente, la muralla mantiene las tres torres (la del Reloj, la de la Tenaza y la del Príncipe) desde las que se vigilaba la fortaleza. Los Reyes Católicos le otorgaron la Carta Puebla que convirtió la fortaleza en villa: doscientos vecinos se asentaron dentro de las murallas. El 1 de marzo de 1493 Martín Alonso Pinzón arribó aquí tras su viaje a América y comunicó el descubrimiento del Nuevo Mundo. En el siglo XIX, un nuevo edificio sustituyó la fortaleza medieval. Desde 1966 alberga un Parador Nacional, el Parador del Conde de Gondomar.

5

Una imagen del castillo de Sohail, con el mar de fondo M. Gámez

Fuengirola, Málaga

El Castillo de Sohail se alza sobre una pequeña colina junto a la Autovía de la Costa del Sol, con unas vistas espectaculares sobre el Mediterráneo. El califa cordobés Abderramán III ordenó su construcción. En el siglo XII, los almorávides reforzaron su estructura y construyeron una alcazaba, de la que poco queda hoy en día. En 1485 lo ocupó el ejército cristiano en plena ofensiva contra el reino nazarí de Granada. Por aquí también pasó el Ejército de Napoleón. Sufrió un lento proceso de abandono, hasta que las obras de rehabilitación lo han convertido en escenario de diferentes citas culturales a lo largo del año.

6

Castillo de San Felipe, en la ría de Ferrol

Ferrol, La Coruña

El castillo de San Felipe, en la parroquia de Brión (Ferrol, La Coruña), era una de las tres partes del «triángulo de fuego» de la considerada como inexpugnable Ría de Ferrol, junto al castillo de la Palma (Mugardos) -con el que estaba unido por una cadena durante la noche- y el desaparecido castillo de San Martiño. Su construcción, auspiciada por Felipe II, se remonta al siglo XVI. Lo que hoy vemos se remonta al XVIII (1731-1775), cuando fue remodelado. Las vistas sobre la ría son magníficas.

7

Castillo de Bellver

Castillo de Bellver, Mallorca

Jaime II de Mallorca ordenó su construcción en el siglo XIV para contar con una edificación defensiva que también sirviera de residencia a los monarcas. Es una fortificación levantada entre 1300 y 1311 de estilo gótico mallorquín, a 112 metros sobre el nivel del mar. Es uno de los cuatro castillos de Europa (el único en España) con planta circular , el más antiguo en el continente europeo con esta forma. A partir de la Guerra de Sucesión (1700-1715) fue una prisión con ilustres «inquilinos» entre sus muros, como el intelectual Gaspar Melchor de Jovellanos, el astrónomo y político François Aragó o el general liberal Luis Lacy.

8

Castillo Guzmán el Bueno, Tarifa

Tarifa, Cádiz

Al castillo de Tarifa también se le llama de Guzmán el Bueno o de los Guzmanes, en alusión a la gesta de Alonso Pérez de Guzmán, entonces alcaide de la fortaleza. En 1294 los musulmanes pusieron cerco al castillo y le amenazaron con matar a su hijo, a quien tenían en su poder, si no entregaba la plaza. Don Alonso prefirió sacrificar a su hijo antes de rendirse. El castillo fue restaurado en la primera mitad del siglo XVII, cuando aún era un punto de referencia contra la piratería berberisca que amenazaba la costa en aquellos tiempos. Durante la Guerra de la Independencia, sirvió de acuartelamiento a las tropas hispano-británicas que defendieron Tarifa del ejército francés (1811-1812).

9

Imagen de la Alcazaba de Almeria EFE / Carlos Barba

Alcazaba de Almería

La Alcazaba de Almería es una de las mayores ciudadelas construidas por los árabes en España, y además muy bien conservada, reconocida como Bien de Interés Cultural con el nombre de Conjunto Monumental de la Alcazaba de Almería y Murallas del Cerro de San Cristóbal. El califa Abderramán III comenzó su construcción en 955, y la terminó Hayrán, rey taifa de Almería, en el siglo XI. Los Reyes Católicos y Carlos I la transformaron tras la reconquista. De hecho, uno de los tres recintos amurallados de la fortificación procede de aquellos años. Aún permanece en pie el palacio de Al-Mutasin con todas sus estancias, su mezquita, convertida en iglesia desde finales del siglo XV, y sus baños.

10

Vista general de la Alcazaba y el castillo de Gibralfaro CARLOS MORET

Castillo de Gibralfaro, Málaga

El monte de Gibralfaro siempre ofreció una posición estratégica, elegida en diferentes épocas como atalaya defensiva. Allí se construyó la alcazaba. Los primeros restos de la fortaleza fueron ampliados y convertidos en castillo por el rey nazarí Yusuf I en 1340. Allí, en una fortaleza que se consideró inexpugnable, se protegían las tropas durante los asedios a la alcazaba. En la actualidad con treinta lienzos de murallas, reforzados por ocho torres, entre ellas una gran torre albarrana, llamada la Torre Blanca. El edificio del antiguo polvorín acoge desde el 29 de julio de 1998 el Centro de Interpretación que presenta las vicisitudes de este lugar desde 1487 al siglo XX.

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Puerta de almenara del castillo de Sagunto

Sagunto, Valencia

El Castillo de Sagunto, declarado Monumento Nacional en 1931, está situado sobre un cerro de la sierra Calderona. Su origen es romano, aunque quedan pocos rastros de aquella época. Entre sus piedras vivieron diferentes culturas y civilizaciones: íberos, romanos, godos, árabes… Esta fortaleza también fue utilizada por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia. En la actualidad está dividido en siete plazas o recintos independientes: la plaza de Almenara, la plaza de Armas, la plaza de la Conejera, la plaza de la Ciudadela, la plaza Dos de Mayo, la plaza de San Fernando y Estudiantes.

12

Castillo de Salobreña

Salobreña, Granada

El punto sobresaliente de Salobreña es el castillo, que todo lo domina (a 73 metros sobre el nivel del mar, a apenas 500 metros del Mediterráneo) y fue palacio de verano nazarí y fortaleza medieval. Fue durante el sultanato nazarí (siglos XIII-XV) cuando adquirió relevancia política y militar. Su alcazaba, desde finales del siglo XIV, fue lugar de descanso del sultán y cárcel para los miembros de su familia caídos en desgracia. En la Edad Media, parece que el mar llegaba hasta la base del promontorio sobre el que se asienta la ciudad y el castillo.

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