Gastronomía
Estos son los cinco mejores chiringuitos playeros de la provincia de Huelva
Visitamos las playas de Matalascañas, Punta Umbría, La Antilla, Isla Cristina e Isla Canela
La pregunta vuela de boca y en boca por todas las barras del litoral. También fuera de ellas. Y más, si cabe, cuando el verano se anuncia con estos días casi más extensos de lo que recordábamos. ¿Cuál es el mejor chiringuito? En este sentido, son muchos los aspectos a tener en cuenta: su ubicación y lo que ofrece, el ambiente, lo estrictamente gastronómico, la dimensión de su terraza, su decoración, originalidad… Todo y más para dar con el resultado adecuado.
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En Huelva, capital de la gamba y el choco, donde la coquina es fina y sin arena, el jamón, del Norte y las chirlas y arañas hace tiempo que fueron descubiertas, la cuestión nos obliga a extendernos algo más. A peinar el litoral tras las cocinas, en busca de los platos más sugerentes maridados con copas y vistas. Con conciertos, a eso de la tarde, y todo lo relacionado con lo que cada primavera y verano nos lleva hasta estas playas que entre Doñana y Portugal dejan instantáneas memorables.
Y empezando, precisamente, por lo más próximo a la frontera gaditana, encontramos El Pato, en Matalascañas . «De la mar a la mesa», reza su lema. Esta familia de pescadores empezó cocinando a pie de playa sus capturas y ahí sigue, casi medio siglo después, llenando el paseo de las fragancias mas pertinentes a la hora del almuerzo. Las cristaleras del salón miran hacia el océano atlántico y los comensales disfrutan de los mariscos frescos y el pulpo especial de la casa, de la albóndigas de chocos y los pescados del día a la plancha, de los fritos, arroces y algo de la granja para los que prefieran mirar de cuando en cuando a la tierra.
En esa misma línea, tradición y apuesta por el producto, Casa Diego ha ido levantando su propio imperio culinario donde el ocio no deja de crecer. Muchos veraneantes recuerdan la vieja estructura verde que se construía y desmontaba cada año, antes de vestirse para los restos de madera. Su zona exterior, donde ahora también se celebran conciertos por las tardes, es la que ha experimentado mayores transformaciones. Entre las dunas, pregunten en Casa Diego por las sardinas si estamos en temporada y sus papas aliñás y tomates para comenzar. Pregunten por los chipirones fritos , las almendritas , la corvina y tengan cuidado con los fuera de carta. Es un lugar sofisticado donde comer a mesa y mantel.
Seguimos trazando una línea sobre el litoral hasta alcanzar La Antilla. Allí, Mar de Kñas , en pleno paseo marítimo, presume de atardeceres desde sus mesas altas y bajas. Como todos los anteriores, y los dos que están por venir, aparece en la preciada Guía Repsol . Salmorejo gambitas de leche con huevos, gambas al ajillo, coquinas… Comida de altura en sillas de plástico.
Más agradable incluso, por su terraza, que pone un pie en la arena, por la madera y la vegetación, se nos antoja El Portugué, en Isla Cristina , oliendo ya las proximidades de la frontera lusa. El bacalao de la casa merece una mención especial. También el morrillo de atún, las planchas, mariscos, donde no se falla, y los arroces.
Y el colofón a este top 5 lo coloca Isla Canela, el último municipio, con Paradise Beach Club, el espacio que pone una nota discordante, aunque igualmente amable, a este pequeño recorrido. Si en los anteriores reinó la raíz, aquí se abrieron las puertas y entraron las novedades en los fogones . La mojama de aquí hecha como harían allá, en Japón, la ensalada crujiente tropical y la templada vietamita con langostino, sus hamburguesas, woks y las albóndigas de mango son algunas de sus propuestas. Todo ello incluido en un estilo de cocina denominado Healthy food .
