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Diez pueblos de Sevilla donde admirar al arte barroco

La provincia, con ciudades tan prósperas como Carmona y Osuna, fue una de las cunas de este estilo que en la capital alcanzó su máxima altura

Retablo barroco de la iglesia de Ntra. Sra. de Consolación, en Umbrete Andalucía Turismo

Luis Ybarra

El patrimonio histórico de Sevilla, «más allá de la Giralda», como dice el presidente de la diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, se antoja de una riqueza incalculable. Si mencionamos el arte barroco, del que esta ciudad, entonces una urbe en su máximo esplendor, fue referencia mundial en la que nacieron, vivieron y aprendieron algunos de los artistas más destacados de todos los tiempos , pues más sugerente si cabe. En esta breve ruta, recorremos algunos de los enclaves históricos y puntos de mayor interés en la provincia. Diez pueblos donde conocer, de primera mano, manifestaciones del arte barroco, que arraigó con profundidad hasta nuestros días.

Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar, conocido como el conde-duque de Olivares , III conde de Olivares y I duque de Sanlúcar la Mayor, fue una de las figuras claves en el Aljarafe en el siglo XVII, pues desde su posición favoreció el desarrollo de algunos de los municipios de esta comarca, como también los fue su ascendencia y descendencia, causando notoriedad en el ámbito político, económico y social de la zona. Este hombre de la nobleza apoyó, por ejemplo, a Velázquez en sus inicios. Por eso recabamos en el pueblo de Olivares , donde se celebra un mercado barroco, en concreto en la hermosa Colegiata de Santa María de las Nieves , con San Benito Abad en el retablo. Los artistas Sebastián de Rueda, José del Pino, José Guisado, José Escobar, Matías de Brunenque y Miguel Parrilla son algunos de los que participaron en su construcción y decoración. Otro pueblo de interés en la comarca es Umbrete , donde se halla la considerada 'Catedral del Aljarafe ', el imponente templo de Ntra. Sra. de Consolación.

La Campiña, una comarca con historia

Una de las comarcas más ricas y extensas en esta materia, donde se forjaron ciudades que bien merecen, por separado, una visita, es la de la Campiña. Las mejores vistas se las lleva Carmona, donde el horizonte es una quimera desde el parador . Las viviendas y palacetes de su casco urbano, como sucede en algunas poblaciones próximas, que vivieron tanta prosperidad, hacen que el paseo sea un continuo descubrimiento. Los pórticos de la ciudad, sus empedrados e iglesias como San Pedro y El Salvador son paradas obligatorias.

En Écija , el arte apunta al cielo con las once torres, célebre conjunto arquitectónico creado principalmente a lo largo del siglo XVIII. Osuna es otra delicia donde fueron a parar escritores, como Cervantes, y universidades. La Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, edificio renacentista, alberga una colección pictórica barroca de primer orden. La portada de la Cilla del Cabildo y el sinfín de casas y templos del casco merecen la inclusión en esta lista. Como Marchena , por los detalles de la exuberante Iglesia de San Juan Bautista, que custodia nueve cuadros de Zurbarán y esculturas de Alonso Cano, además de por las iglesias de San Agustín y San Miguel, en la que el maestro Pedro Roldán hizo lo propio; y Utrera , tan solo por el retablo donde se cobija la venerada Virgen de Consolación, también lo merecen.

Cilla del Cabildo recién restaurada ABC

La iglesia de Santa María de la Oliva , promovida por Alfonso X el Sabio, comenzó a levantarse en la segunda mitad del siglo XIII. A los pies de la nave izquierda se erige la torre, construida entre 1757 y 1777 y proyectada por Pedro Silva, quien hasta la Giralda acudió para inspirarse. Ya en el interior, la imaginería del retablo mayor, obra de Alonso Cano, la sacristía, proyectada por Hernán Ruiz, y su valiosa colección de orfebrería y objetos litúrgicos hicieron que fuese declarada como Monumento Nacional de interés Histórico y Artístico. Está ubicada, por supuesto, en Lebrija , en la comarca de Guadalquivir-Doñana.

Santa María de la Oliva, en Lebrija Andalucía Turismo

Entre sierras, Norte y Sur, quedan Cazalla de la Sierra y Morón de la Frontera . Del primero destacamos la iglesia parroquial de Nuestras Señora de Consolación, en la que el estilo gótico-mudéjar se da la mano con el barroco y da como resultado uno de los templos más hermosos de la provincia. En Morón, las iglesias de la Victoria, la Merced y San Francisco de Asis, también la de San Ignacio de Loyola, que contiene una colección pictórica con escenas de la vida de la Vigen María, obra del flamenco Pieter van Lint, el convento de Santa Clara y la Casa de la Cultura Fernando Villalón, un palacete que fue construido en 1735 por los marqueses de Pilares en el que residió, entre otros personajes destacados, el poeta de la Generación del 27 que terminó por darle nombre. Sevilla es puramente barroca.

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