Rico catálogo
Como chef de Coque, Sandoval adorna sus platos con láminas vegetales que aportan llamativos colores y una textura tan crujiente como los barquillos o la tortilla de camarones. Con el propósito de mejorar la calidad de la digestión y acelerar el tránsito de los alimentos , el cocinero hace uso de fibras de cacao, maíz, konjac (raíces de un tubérculo asiático) y extractos procedentes de las carcasas de las cabezas de los crustáceos. Su empleo en gastronomía aporta matices insospechados. Por añadidura, estos productos son una extraordinaria herramienta para conservar, dar volumen y redimensionar los platos.
En su catálogo figuran las fibras extraídas de los polifenoles de las uvas blancas y tintas del vino , «perfectas para la elaboración de sal, pan, macarons o cremas de queso». Fruto de la experimentación con estas sustancias han nacido platos como una carne de membrillo de yuzu (con la fibra de konjac), un bizcocho aireado (con la de maíz) o un helado de bombón de licor (con la de cacao).
En su quehacer diario, el cocinero recurre al chitosan , una fibra de origen marino que se extrae de las carcasas de los crustáceos y que tiene propiedades de espesante y coagulante natural. La buena noticia es que el chitosan es bien tolerado por los alérgicos al marisco.
Otro hallazgo es el vinesenti , que se saca del hollejo de las uvas tintas, una sustancia con la que se prepara una sal polifenólica, con fondo de vino, excelente para marinar aves, liebres y perdices. «Ha dado un buen resultado para elaborar merengues secos a partir de la espuma de las propias uvas», dice el cocinero. Gracias a su ligera acidez, el ingrediente aporta frescura y un suave amargor. Además, por su riqueza en polifenoles de uva, ejerce una acción antioxidante contra el envejecimiento celular, con la ventaja añadida de que apenas tiene grasa.
Muy parecido al vinesenti es el vinubo , que se obtiene de los hollejos de uvas verdejo. Se utiliza para conferir a los platos un aroma a barrica, a levaduras, a cereales y, claro está, a uvas. Sandoval dice que esta fibra es estupenda para cocinar macarrons rellenos de torta del Casar. El vinubo confiere al bocado una sensación frutal muy agradable.
El cocinero también está fascinado con el betaglucano , que se extrae de las levaduras y del salvado de avena y trigo. El producto se ha revelado estupendo para preparar arepas con textura de seda y unos ‘dumplings’ extraordinariamente delicados al paladar.
Un descubrimiento que Mario Salvoval recomienda encarecidamente es el hi maize , una fibra que viene del maíz y que, mezclada con chocolate en el microondas, da a las pastas de té y los bizcochos una ligereza asombrosa.
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