Las mejores direcciones para comer calçots

Los mejores restaurantes catalanes y madrileños para disfrutar de estas cebollitas tiernas y dulces

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Una parrilla, salsa romesco, baberos, vino, cava y muchas ganas de comer con las manos. Poco más hace falta para tomar calçots, esas cebollitas tiernas y dulces que acaparan la atención en las mesas catalanas durante los meses de invierno y hasta mediados de abril. Reciben su nombre del verbo calçar (en catalán cubrir con tierra) porque es lo que se hace durante su cultivo. Proponemos los mejores restaurantes catalanes y también madrileños para disfrutar de una buena calçotada.

La receta tradicional habla de brasas de sarmientos y platos que son, en realidad, tejas, pero es cierto que hasta aquí ha llegado la tecnología (en casa podemos aprovecharnos del horno para asarlos a unos 250 grados). Tenemos que ser sinceros y aconsejar que, para encontrar los mejores calçots debemos viajar a Tarragona.

La Boella en un amplio complejo hotelero y gastronómico donde es posible sentarse a la mesa en un entorno repleto de olivares, ha diseñado un menú de 45 € que incluye aperitivos (entre otros, sus propias aceitunas de la variedad arbequina), parrillada de carne y calçots asados con sarmientos. Como esta reunión es ideal en familia, para niños entre 2 y 12 años el precio baja a 10 €.

En una masía catalana del siglo XVI ya nos avisan «¡Ya tenemos calçots! Cómo los echábamos de menos» y nos adelantan que en su restaurante Can Rectoret hay dos opciones: la calçotada sencilla (con una ración por persona) y la completa (un all you can eat, solo para apetitos voraces).

Masia Bou, que data de 1929, es conocida como la «casa patria de la calçotada», donde la protagonista es la salsa salvitxada (con más tomate y meños ñora) que, dicen, es la auténtica romesco. Para los más hogareños, hay entrega a domicilio.

La cocina de Casa Félix (restaurante y hotel) propone comer y reposar lo comido, que bien amerita un descanso (incluso, una escapada de fin de semana): longaniza con judías, carne de cordero a la brasa con guarnición y all i oli y crema catalana.

Calçots en Madrid

Fuera de Cataluña, en Madrid, se sirven en Casa Jorge, con pa amb tomàquet, escalibada, vino y cava (que podemos beber en porrón); en Paradís llegan a la mesa rebozados, con una tabla de embutidos catalanes (entre otros, fuet y butifarra negra) y judías del ganxet.

Por último, en los alrededores de Madrid, un local cuyo nombre es ya una inequívoca declaración de intenciones. En Calsot(sí, escrito con «s»), abierto viernes, sábados y domingos, no faltan las verduras a la parrilla, los embutidos o el tradicional postre de músico (frutos secos con porrón de moscatel). ¿Somos inexpertos en estas lides de los calçots? No hay problema, nos ayudan a volvernos algo más expertos gracias a una guía «for dummies» con unos pocos pasos.

Fuente: Guía Repsol

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