Los Barruecos
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El Monumento Natural de Los Barruecos, El Mejor Rincón 2015

Guía Repsol anuncia el ganador de su concurso anual. Por tercera vez, un rincón de Extremadura obtiene este título

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El Monumento Natural de los Barruecos, situado en la localidad cacereña de Malpartida de Cáceres, se ha convertido este jueves en el «Mejor Rincón 2015», que concede la Guía Repsol.

Cabe recordar que el Monumento Natural los Barruecos se enfrentaba a la Plaza Mayor de Graus, en Aragón, para obtener el título de «Mejor Rincón 2015», que concede anualmente la Guía Repsol de acuerdo a las votaciones de los internautas, y en el que el rincón extremeño ha aventajado al aragonés en más de 12.000 votos (125.938 contra los 109.704 votos recibidos por la Plaza Mayor de Graus).

Cabe destacar que es la tercera vez que un rincón de Extremadura obtiene este título, tras la Iglesia de la Magdelena de Olivenza (Badajoz), que resultó ganadora en 2012, y el Puente de Alcántara (Cáceres), que lo consiguió en 2014.

Desde el pasado 29 de julio los dos candidatos clasificados han competido por parejas contra los representantes de La Rioja y País Vasco, el Monasterio de Nuestra Señora de Valvanera y Santa María de Zumarraga La Antigua, respectivamente.

La Guía Repsol destaca que el del «Mejor Rincón» se ha consolidado como el concurso de «referencia» dentro del sector turístico; e incide en que esta iniciativa de Repsol tiene un efecto «muy positivo» en el «incremento» de visitas y, por tanto, en la economía de los municipios participantes.

En este sentido, el Alcalde de Malpartida, Alfredo Aguilera, estima que «el aumento del turismo será de entre un 50 y un 80%» en su municipio. Por su parte, el primer edil de Graus, José Antonio Lagüéns, asegura a los medios que «ya han constatado un incremento de visitas» corroborado por hosteleros y empresarios de la localidad.

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El Tiburón, el Caracol, la Seta, la Tortuga…, son algunas de las muchas moles graníticas, esculpidas artísticamente por el azar geológico, que salpican el paraje de Los Barruecos. Apenas se ven árboles. Sólo rocas y más rocas pero que impresionan y que parecen todavía más numerosas al reflejarse en el agua de las charcas. Sobre las grandes peñas anida una de las mayores colonias de cigüeñas de Europa, tan numerosa que llenan con su extraña música (el castañeteo de los picos) todos los recovecos de este no menos extraño paisaje. Debajo de las peñas también hay que mirar, porque allí se esconden pinturas y grabados rupestres que atestiguan la fascinación que los hombres han sentido desde siempre por este pétreo lugar. Si en vez de granito, las rocas fueran de imán, no podrían atraer más al visitante, como si el paraje estuviera encantado.

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