¿Osadía o marketing? Así es la bebida azul que irrita al mundo del vino

Un empresario francés utiliza vino azul procedente de Almería para intentar introducir esta controvertida elaboración en el país vecino

Vino azul de la empresa española Gïk Live Gik Live!

María del Pilar Riaza

El «blue vodka», el licor «curasao», el «blue gin»... El alcohol y los tonos azulados casan desde hace tiempo en las coctelerías de todo el mundo. Esta combinación puramente estética ha llegado a la industria del vino de la mano de una controvertida bebida. Conocido como «vino azul» , esta elaboración se ha convertido en objeto de debate en la prensa internacional y las bodegas. ¿Una moda más con la que dar color a tu «feed» de Instagram o una nueva clase de vino que ha venido para quedarse?

No son enólogos ni provienen de una familia que se haya dedicado durante generaciones a la elaboración del vino. Sólo querían «hacer un producto fácil de beber, sin normas que exigiesen que se bebiera de una u otra manera, y alejado del elitismo a veces habitual en el sector», nos responde Aritz López , una sexta parte de Gïk Live! A esta startup formada por seis jóvenes españoles se le atribuye la creación del primer vino azul en el mundo. Fue en 2015 cuando estos emprendedores lanzaron al mercado esta controvertida bebida alcohólica con la colaboración de la Universidad del País Vasco.

¿Y a qué se debe su color azul ? La idea viene de un párrafo de «La estrategia del océano azul», un libro de estrategia empresarial. «El libro defiende que hay dos tipos de mercado: los mercados muy saturados de competencia, que son como océanos rojos donde los competidores (tiburones) luchan entre sí, tiñendo así las aguas de rojo sangre, y por otro lado, habla de los océanos azules, donde gracias a la innovación todo el mundo puede nadar con libertad», cuenta Aritz López a ABC Viajar. Esta idea les inspiró para convertir un líquido tradicionalmente rojo (también blanco o rosado) en azul, un color que desde la empresa identifican como símbolo de «fluidez, cambio, tecnología y futuro ». Conceptos que asocian a su producto, amado y odiado por partes iguales.

El llamado «vino azul», el cual recomiendan maridar con guacamole, sushi o carbonara, se encuentra en las estanterías de los grandes almacenes, pero internet es su mayor espacio de comercialización .

Un vino azul procedente de Almería se vende actualmente en la ciudad francesa de Sète, exportado por el empresario René Le Bail

Esta bebida ya ha cruzado mares y se ha exportado a países como Estados Unidos e Inglaterra. Tres años después, vuelve a la actualidad de la mano del empresario francés René Le Bail , quien ha creado su propia versión del vino azul con una elaboración realizada en Almería. Desde allí lo ha llevado a Sète, una ciudad portuaria en el distrito de Montpellier, al sur de Francia.

«Eso no es un vino, no cumple con las normativas del vino y no tiene el sabor del vino», opina Juan Fernández-Cuesta , crítico de vinos del diario ABC. Las críticas a esta bebida por parte de entendidos del sector y por las bodegas no han cesado desde su entrada en el mercado español. A la pregunta respecto a los comentarios negativos que recibe su producto, Gïk Live! nos responde: «Para nosotros no es un vino, sino una revolución. No nos importa que digan que no se llama vino, porque realmente ni el concepto, ni los consumidores, ni el producto tienen mucho que ver con la idea que tenemos todos de un vino.» El propio nombre del producto, o «blasfemia» como a Gïk Live! le gusta decir, salió muy caro en su momento. La empresa se vio obligada a pagar una multa de 3.000 euros y reformular su etiquetado de producto a «bebida alcohólica en base a vino (99%) y mosto (1%)». Ésta fue la única manera de operar en el mercado europeo y español. En cambio, la bebida se comercializa como vino en Estados Unidos. Un país donde el producto ha conocido el éxito gracias a su visibilidad en cuentas célebres de Instagram.

Con su color índigo , que surge a partir de un proceso de pigmentación, esta bebida alcohólica ha llegado a oídos de la prensa internacional dejando todo tipo de sensaciones. La publicación estadounidense «Time» la describió como «algo que todo el mundo debería probar», mientras que la revista especializada en vinos «Decanter» la presentó sin entrar en valoraciones. Por otro lado, The Washington Post publicó una cata de esta bebida azul, creando una larga lista de comparativos muy particulares: una versión azul del cóctel veraniego frosé, un zumo de frutas para niños o un jarabe para la tos. Comparaciones muy en la línea de las que publicó el diario británico The Guardian , el cual asoció la apariencia de la bebida con un producto de limpieza representado por un pato ficticio muy conocido en el mundo de la publicidad.

¿Una moda más?

Lágrimas de unicornio, otra bebida alcohólica con un color inhabitual Gik Live!

Pasteles de arcoiris, smoothies, tequila rosa... Los colores intensos han teñido de un tiempo a esta parte toda comida y bebida que se ha cruzado por el camino, inundando las redes sociales con fotografías brillantes que buscan infinitos likes. ¿Es el llamado «vino azul» otro producto más para los flashes de las cámaras?

No es la primera vez que el color azul, en este caso procedente de la piel de uvas tintas y una flor, se utiliza para teñir «vino». Según Charles Spence , los artistas del movimiento futurista en Italia «ya servían a sus invitados vino azul para ponerlos en estado de shock». En su libro «Gastrofísica: la nueva ciencia del comer», este profesor de psicología experimental califica este tipo de bebidas alcohólicas de colores como un producto dirigido a los «millenials» . Una generación que ha mostrado un gran interés por los «alcopops», licores de colores de dudoso etiquetado comercializados en botellas de diseño.

Si no fuera suficiente, los creadores del vino azul han arriesgado más en el sector y distribuyen otras bebidas alcohólicas con ya no sólo colores, sino sabores imposibles. Desde el supuesto vino rosa pastel «Lágrimas de Unicornio», cuyo sabor recuerda a chicle de fresa y golosinas, hasta el de color guindilla llamado «Vino Picante».

No sabemos hasta qué punto estas bebidas reinarán en nuestras fiestas y encuentros con amigos. Ni siquiera si alguna vez pediremos un «vino» de color arcoiris en nuestro restaurante favorito. Tampoco sabemos si el sector del vino acabará aceptando este producto. Mientras tanto, el público es el que tiene la última palabra.

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