De los tercios de Flandes a Waterloo: la Bélgica menos conocida

Paisajes de batallas, iglesias con historia y la ciudad más pequeña del mundo: pistas para una ruta por Valonia

Puente de Charles De Gaulle. Al fondo, la Colegiata de Notre Dame

Javier Carrión

A la hora de viajar a Bélgica siempre aparecen en nuestra imaginación las pequeñas y encantadoras ciudades de Flandes (Brujas, Gante, Lovaina...) y la capital, Bruselas. Sin embargo, más al sur y muy cerca de Bruselas, está la menos conocida Valonia, con propuestas igualmente interesantes, desde Lieja a Dinant.

Lieja, la ciudad de las colegiatas

Palacio de los Príncipes-Obispos de Lieja

En Lieja sorprende hoy su atrevida estación ferroviaria, diseñada por Santiago Calatrava en 2009, pero la ciudad arrastra un rico pasado cultural y religioso que se puede apreciar en seis de las siete colegiatas del centro. La de Sainte-Croix continúa en restauración, pero se puede admirar el resto: St. Denis, Saint James, Saint Barthélemy -que exhibe su famosa pila bautismal en bronce del siglo XII-, Saint Jean l’Evangéliste o la nueva catedral de Saint Paul, consagrada en 1801 tras la destrucción de la antigua, en la plaza de Saint Lambert, donde estuvo hasta 1794. Hoy solo quedan unas columnas metálicas que recuerdan que allí fue levantada en estilo gótico, anexa a la Plaza del Mercado, muy popular con sus bares y el olor a albóndigas de carne. El Museo Curtius es otra visita indispensable para comprender mejor la historia de la región y disfrutar con su magnífica colección de armas. Si te encuentras en buena forma, la Montaña de Bueren es un reto con sus 374 peldaños que conectan el centro de la ciudad con la antigua ciudadela de Lieja.

Exposición temporal de esculturas. Al fondo, el Castillo de los Condes de Ursel en Durbuy

Durbuy, la ciudad más pequeña del mundo

A 45 kilómetros de Lieja se halla en un bello meandro del Ourthe la ciudad de Durbuy. Adquirió ese título en 1331, cuando la villa estaba amurallada, con 400 habitantes en dos hectáreas, por lo que algunos lo consideran ‘la ciudad más pequeña del mundo’. Sí es con toda seguridad un encantador destino con sus calles adoquinadas y sus viejos edificios que fueron el refugio de dos órdenes religiosas y con el Castillo de los Condes de Ursel, reconstruido en 1731 sobre las ruinas de una fortaleza del siglo XI en un promontorio que domina el río y el gran símbolo de la ciudad, el anticlinal de La Roche-à-Frêne. Esta gran roca, un fenómeno geológico único en forma de A, se muestra desafiante ante el conjunto urbano con una base de agua y un juego de fuentes que crean un elegante espectáculo visual. Cruzando el puente merece la pena visitar el Parque Les Topiaires, el jardín de arte topiario (práctica que consiste en dar formas a las plantas) más grande del mundo con 49 figuras, entre las que destaca el elefante, la más grande.

Dinant, la joya del Mosa

A solo unos 15 km de la vecina Francia. Es una ciudad a orillas del Mosa, encajonada entre pequeños macizos rocosos, en la que llama la atención la cantidad de saxofones que llenan sus calles y que son muy visibles sobre todo en el puente Charles De Gaulle, herido en este punto durante la I Guerra Mundial. La explicación es sencilla. Aquí nació Adolphe Sax, el inventor de este instrumento.

Centro de Mons

Mons, la batalla entre San Jorge y el Dragón

Su fiesta más ritual, Le Doudou, es Patrimonio Mundial. En el Museo Doudou cuentan que se celebra el Día de la Trinidad (57 días después de Pascua) desde hace más de 650 años. Es una procesión muy emocionante para los habitantes, cientos, que bajan las reliquias de Sainte Waudu, fundadora de la ciudad, empujando el Carro de Oro. Por último se desarrolla la gran batalla entre San Jorge y el Dragón, apoyados por sus aliados, casi casi como si fuera un enfrentamiento de gladiadores entre una nube de jinetes, cantantes, músicos y muchos curiosos.

Escalera del campo de batalla de Waterloo

Waterloo, el campo de la gran batalla

Waterloo, el campo de la gran batalla. Por último, nada como pisar el campo de batalla de Waterloo, el último Cuartel General de Napoleón, el Panorama y el nuevo museo inaugurado en 2015 para seguir al ejército y las fuerzas francesas en su último enfrentamiento, el 18 de junio de 1815, que supuso el final de la ‘era Bonaparte’. Más información: (www.waterloo1815.be).

Nivelles, la huella de los tercios de Flandes

En Nivelles, a 35 km de Bruselas, se puede comprobar cómo muchos de los históricos tercios de Flandes se instalaron en esta ciudad de callejuelas, donde se producía y se consumía la cerveza. Todavía hoy se puede ver la Casa de Galicia del siglo XVII, una de las más importantes del barrio cervecero, pero su monumento más importante es la Colegiata de Santa Gertrudis, impresionante con su nave de más de 100 metros de longitud. Desgraciadamente casi nada quedó en pie del resto del viejo conjunto urbano pues Nivelles fue asediada y ocupada durante las guerras del siglo XVII.

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