Así es la playa de París: buena, bonita y barata

El 6 de julio volverá a abrir la zona de playas construida con arena de mar junto al Sena, un éxito de público y crítica desde 2002

Una zona de París Playa, con arena de mar REUTERS/Philippe Wojazer

Esta funcionalidad es sólo para registrados

París no tiene Noche de San Juan, pero tiene París Playas . Que no es lo mismo, pero dura mucho más y es un apaño que convierte el Sena en «piscina», «terraza», «ducha pública», «escuela de baile», «guardería infantil», «bar de copas», «centro deportivo» y muchas otras cosas, no siempre confesables.

París Playas (PP) se montó por vez primera el 2002. Y no ha dejado de crecer, por una razón muy simple: es algo «bueno, bonito y barato» … se tiran unas 5.000 toneladas de auténtica arena de mar a lo largo de unos 800 metros de «playa», a lo largo de los muelles del Sena, donde está prohibida la circulación automovilística.

Entre esos 800 metros de «playa» se instalan sombrillas, hamacas, tumbonas, sillones, mesas, en la proximidad de «chiringuitos» y «duchas públicas», invitando a turistas y lugareños a tomar el sol, en paños menores, pero púdicos.

Este año, PP comenzará el próximo 6 de julio para cerrar el 1 de septiembre . En verdad, la operación es lo de menos. Lo esencial es que PP «libera» la imaginación, ofreciendo una «alternativa» veraniega a las familias, las pandillas, las parejas, los turistas en busca de emociones inéditas, los niños que han vuelto o no tienen vacaciones.

Sin duda, las «duchas públicas» tienen su público. Los días de canícula, poder pasear, reír, divertirse, gastar bromas, entre chorrillos de agua que «llueve» del cielo , dicen que tiene su encanto. Y es una forma sencillita pero mona de descubrir nuevas emociones, en público, solo / sola, o en compañía.

Las camas, hamacas, balancines y tumbonas tienen una ventaja enorme: son ocio gratuito…

Las camas, hamacas, balancines y tumbonas tienen una ventaja enorme: son ocio gratuito … los padres pueden llegar con sus niños y bocatas; los enamorados pueden intercambiar no solo miradas cómplices; los solitarios, pueden distraerse con el periódico del día; los lectores pueden entregarse a la pasión solitaria de la lectura.

Los fanáticos de las locuras deportivas lo tienen fácil. Un bañador u otro atuendo propio del caso, son suficientes para hacer gimnasia utilizando los instrumentos de tortura especialmente dedicados a muchas disciplinas, o, más sencillamente, tirarse a correr recibiendo la brisa en el rostro.

Los niños tienen muchos espacios especiales donde poder correr, saltar, jugar, incluso pueden tropezarse con payasos consagrados a intentar distraerlos, al precio incomparable de la gratuidad, que puede ser compensada con una propina, «la voluntad».

Gran éxito de PP, las «escuelas de baile» , masivamente «tradicionales». Avispados argentinos proponen cursos intensivos de tango. Hasta hoy, no hay escuelas de sevillanas y cantes festeros andaluces; pero no es difícil encontrar grupitos que se dejan arrastrar por las acrobacias de viejos rockeros prestos a cualquier locura; o señores de toda la vida dispuestos a marcar el ritmo del mejor vals danuviano «traducido» al parisino con acordeones populares.

Tomar una copa a la orilla del Sena, al atardecer, tiene su encanto, cómo dudarlo. Pero, en ese terreno, la gran virtud de París Playas es dejar libre la imaginación , y… más allá de los 800 metros y las 5.000 toneladas de arena de «playa» parisina del verano, quizá lo más atractivo sean las actividades libres que cada cual se monta a su aire, más allá del «recinto» oficial de PP, que no deja de ser un poquito o un mucho turístico, según se mire.

Antes, durante y después de París Playas , los muelles y los puentes del Sena se convierten en un espacio de ocio, coqueteo y vagabundeo ideal , en solitario, en pareja, en grupo. Una botella de vino, una tortilla de patatas, rodajas de chorizo, aceitunas y… buena compañía, por el suelo, a orilla del Sena o en algún puente céntrico, quizá sean lo más atractivo del verano parisino.

Sin duda, una guitarra, un grupo de amigos, una compañía a la altura de los sueños y posibilidades de cada cual, pueden dar a los atardeceres el embrujo de las noches inolvidables.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación