Estas montañas de España son Patrimonio de la Humanidad desde 1997
Un recorrido por los pueblos, ermitas y paisajes montañosos y frescos de Pirineos-Monte Perdido, perfectos para una escapada veraniega
La declaración de Patrimonio de la Humanidad , otorgada por la Unesco, se resuelve en una lista de aquellos bienes cuyo excepcional valor los hace únicos en el mundo. Actualmente hay inscritos 1.121. España cuenta con 48 , el tercer país en esta clasificación, tras Italia y China. Cuatro pertenecen a Aragón, si bien el de Pirineos - Monte Perdido lo comparte con Francia.
El conjunto alpino de Monte Perdido (3.355 m.), incluido en la citada lista en 1997, configura el macizo calcáreo más alto de Europa. Dentro del mismo, en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido , la naturaleza ha compuesto una de sus sinfonías maestras, un sistema paisajístico de una belleza escénica equiparable a la de los sitios naturales más emblemáticos de La Tierra. Los cañones de Ordesa, Pineta y Añisclo , los mayores y más profundos del Viejo Continente, muestran una impronta grandiosa, ciclópea, por momentos sobrecogedora y siempre cautivante en sus múltiples saltos de agua y la frondosidad de sus bosques. La ruta senderista por excelencia del Parque es la ascensión a la cascada de la Cola de Caballo . A través de una senda ancha y magníficamente señalizada, esta excursión de una jornada es apta para todos los públicos. A los saltos de la Cueva y del Estrecho se llega en 1 hora y en 2 a las originales Gradas de Soaso.
Torla, Fanlo, Broto, Tella, Puértolas y Bielsa son los pueblos que forman parte de este bien mundial en la zona española. A 2.000 m de altitud, Torla , con su iglesia parroquial (siglo XVI), mil veces fotografiada, es la puerta de entrada al parque nacional de Ordesa. En Broto merece la pena andar el sendero (5’) que conduce a los 80 m. de la caída de agua en doble tramo del Sorrosal , con sus pozas de un azul translúcido y -para disfrute de los intrépidos- una vía ferrata que trepa la cascada y el barranco homónimo.
Aínsa , capital del municipio de Sobrarbe , figura en cualquier guía de los pueblos más bonitos de España. En su castillo (s. XI) los aficionados a la ornitología agradecerán la visita al Eco-museo: 12 exposiciones sobre la biodiversidad pirenaica y un albergue de rapaces incapacitadas para vivir en libertad, entre ellas un quebrantahuesos.
Respecto al cañón de Añisclo, la excursión más sencilla (45’) es la del circuito de San Úrbez. El acceso se realiza desde Aínsa, tras tomar el desvío a Puyarruego, por una carretera tortuosa salpicada de miradores con las vistas más completas de este imponente cañón, esculpido por el río Bellós, que se cruza a 30 m sobre sus aguas por el medieval puente de San Úrbez . Cerca se localiza la cueva santuario habitada en el siglo VIII por este santo y pastor, objeto de cuatro romerías anuales.
La ruta de las ermitas románicas de Tella , tres en total, posee su particular encanto. Este pueblo se alza en una zona de declarada tradición relacionada con la brujería. La antigua jaculatoria «Tella, Dios nos guarde de ella» no está olvidada y todavía hoy, en las ventanas de sus casas, se colocan figuras de hombres, animales y plantas a modo de espanta-brujas. La ubicación, formando un anillo, de las tres ermitas tendría así un propósito protector contra los hechizos. En cuanto a la ruta en sí, 2,3 km de itinerario circular por un amable entorno montañés, invita a hacerla en familia.
Su riqueza natural y cultural, el paisaje modelado por el ser humano -irremplazable testimonio del pasado de la sociedad montañesa europea-, las leyendas, las fiestas, las tradiciones… hacen de Pirineos - Monte Perdido un lugar con duende, capaz de seducir a los más refractarios.
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