El Castillo de Arteaga, un hotel en un palacio neomedieval
El Castillo de Arteaga, un hotel en un palacio neomedieval

Hoteles en castillos para sentirse como auténticos reyes

Palacios y fortalezas con habitaciones de cuento y rodeados de bellos parajes

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Ocupan castillos, palacios y fortalezas. Atesoran, por tanto, un asombroso pasado y, en muchos casos, su arquitectura es tan espectacular como las joyas que albergan. Elegimos varios hoteles porque hoy queremos sentirnos como caballeros, príncipes, e, incluso, como reyes.

Torre del Remei es el presente y el futuro de un palacete de estilo modernista, situado en el Pirineo catalán, junto al Parque Natural del Cadí. Pertenece a la cadena Relais&Chateaux, y sus propietarios, Josep María Boix y Loles Vidal de Boix, se han ocupado de la restauración y han puesto todo su cariño en la elección de cada detalle. Si desea salir, podrá descubrir el entorno caminando, claro, y también en bici. Pero hay más opciones, por ejemplo, sobrevolar las montañas y valles en globo. Desde 285 euros.

Por fortuna, tampoco ha caído en el olvido el Castillo del Buen Amor. Conocido como Castillo Villanueva de Cañedo o Castillo de Fonseca, originariamente fue una fortaleza militar. Sus habitaciones y majestuosos salones son el escenario para disfrutar de un viaje en el tiempo. Nos gusta la suite llamada Paso de Guardia, dividida en dos elegantes estancias unidas por una escalera laberíntica. El dormitorio posee una gran cúpula de piedra y una sala con vistas al foso. Entre las últimas novedades, un embarcadero en el lago y un invernadero. Aunque desayunar al sol sigue siendo uno de sus mayores encantos. Desde 90 euros.

En la comarca de Matarraña, Teruel, La Torre del Visco es sinónimo de desconexión. Ocupa una masía con torre medieval del siglo XV y ofrece unas fabulosas vistas de los campos de olivos. Eso y la oportunidad de contemplar bellas puestas de sol y cielos estrellados. Otro de sus encantos es la cocina con productos de la propia finca, de cultivo ecológico, así como de la zona. A partir de 230 euros.

Situado en Vizcaya, en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, El Castillo de Arteaga es un palacio neomedieval, con un torreón inspirado en la arquitectura gótica francesa. Fue remodelado por María Eugenia de Montijo y se conservan los elementos ornamentales y decorativos. Desde 165 euros.

También en el País Vasco, en Guipúzcoa y rodeado de bosques, se levanta Iriarte Jauregia. Se trata de un palacio del siglo XVII convertido en un hotel boutique de 19 habitaciones. Reúne muebles antiguos y obras de arte, y cuenta con el restaurante Bailara, dirigido por el chef Enrique Fleischmann. Desde 127 euros.

Al sur de la Bahía de Palma, Cap Rocat es uno de los establecimientos más exclusivos de Mallorca. Ocupa la antigua fortaleza de Cap Enderrocat y fue restaurado respetando la riqueza patrimonial y natural del enclave. Esta temporada ha estrenado tres nuevas habitaciones, llamadas «Las centinelas» por ocupar los antiguos puestos de vigilancia excavados en la roca. Cap Rocat ofrece un total de 28 habitaciones y suites que, a excepción de dos estancias situadas en el recinto de la fortaleza, se emplazan en las antiguas troneras de los cañones, al borde del acantilado. Desde 375 euros.

También en la isla balear, se encuentra el Castillo Hotel Son Vida, con 164 habitaciones y suites. La fortaleza que ocupa fue levantada en el siglo XIII y está rodeada de un parque subtropical. Las vistas de la bahía de Palma es uno de sus grandes atractivos. Desde 210 euros.

Fuera de nuestras fronteras, en Irlanda, Dromoland Castle Hotel es un cinco estrellas que combina tradición y elegancia. Pertenece a Preferred Hotels&Resort, concretamente a su Legend Collection, que busca destinos en marcos de ensueño. A partir de 450 euros.

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