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La poesía en Albacete goza de buena salud

Los poetas galardonados ratifican este aserto

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Hablamos aquí hace unas semanas del buen momento de la narrativa que se está publicando hoy en Castilla-La Mancha. Nos acercamos ahora a la poesía, y concretamente a la que se hace en la provincia de Albacete, para corroborar que también ésta goza allí de buena salud. Mencionaremos hoy a algunos poetas que con sus galardones ratifican este aserto.

Andrés García Cerdán (Fuenteálamo, AB, 1972) es un profesor y escritor (poesía, ensayo, canciones, etc.) que ha cosechado ya algunos premios de relieve, como el Barcarola, Ciudad de Pamplona, o Antonio Oliver Belmás. Con su último poemario, que acaba de aparecer, La sangre, (Ediciones Valparaíso, Granada, 2015) consiguió el premio internacional de poesía Ciudad de Almúñecar. El jurado de dicho premio destacó del libro de García Cerdán que «muestra a un autor que hace un uso certero y audaz del lenguaje, siendo a la vez un magnifico espectador de los paisajes exteriores e interiores, haciendo que el lector viaje por gran parte de los referentes de oriente y occidente.

Asimismo, el libro traza un recorrido sentimental por la cultura musical de las últimas décadas. Algunos poemas del libro renuevan una tradición bien asimilada mostrando muchos de ellos un amplio dominio de la verificación y una aguda reflexión sobre el propio oficio de escribir». De su libro, La sangre, destacaría yo la radicalidad de su propuesta de indagación en la autenticidad y la belleza, partiendo tanto de referencias clásicas (Miguel de Molinos, Miguel Ángel, Lautreamont) como de artistas contemporáneos (Lou Reed, Patty Smith, Keith Harings). Un buen libro, sin duda.

Andrés García Cerdán es doctor en literatura por la Universidad de Murcia y profesor de enseñanza secundaria. Ha publicado los poemarios «Los nombre de enemigo» (1997 y 1999), «Los buenos tiempos» (1999), «La cuarta persona del singular» (2002), «Curvas» (2009) y «Carmina» (2011). Es autor del ensayo «La realidad total. Desde la poesía de Julio Cortázar» (2010).

Otro de los excelentes poetas de Albacete es Rubén Martín Díaz (nacido aquí en 1980); inició su trayectoria con Contemplación (2009), que obtuvo el Premio Fundación Siglo Futuro, de Guadalajara. Un año después (en 2010) logró el reconocimiento unánime con El minuto interior, que consiguió los importantes premios Adonáis y Ojo Crítico (otorgado éste por Radio Nacional de España) en esas mismas fechas. Rubén Martín Díaz acaba de publicar en la prestigiosa editorial sevillana La Isla de Siltolá, Arquitectura o sueño, un libro de prosa poética, en forma de breves ensayos con abundantes referencias culturales. Sobre este texto ha escrito recientemente otro buen poeta -y crítico- albacetense, Javier Lorenzo Candel que es «un libro hermoso, intenso, capaz de llevar al lector por los espacios que sirven de justificación al autor, para hacernos descansar en la calma, en el acomodo del adjetivo, en los instantes que marcan el ritmo de ese tiempo indeterminado que va de la percepción de las cosas a la creación misma».

Hablando de más albacetenses premiados fuera de su tierra podemos recordar a Antonio Rodríguez Jiménez (de quien ya hablamos en estas mismas páginas) y que obtuvo por su libro Los signos del derrumbe a finales de 2014 el premio internacional de poesía Antonio Machado en Baeza (publicado luego por Hiperión).

Por último, y aunque sea sólo de pasada, mencionaremos a Constantino Molina Monteagudo (Albacete, 1985) flamante ganador del último premio Adonáis de poesía con su primer libro publicadoLas ramas del azar, a quien ya tuvimos ocasión de escuchar en estas mismas páginas hace unas semanas, merced a una excelente entrevista de María José Muñoz.

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