Super Mario Maker 2: un videojuego que fomenta la creatividad

Mario siempre es un gusto llevarlo por sus bloques, saltos y tuberías. Es eterno. Y querido. Todos los juegos que protagoniza es un estímulo para sus seguidores, a pesar de los años que lleva a la espalda. Cada propuesta de Nintendo es un éxito , pero abrir la posibilidad de que los usuarios puedan incluso coquetear con la creación de niveles y estructuras es, incluso, más saludable.

« Super Mario Maker 2 », secuela de la serie de construcción y plataformas protagonizada por el fontanero bigotudo, es un juego de destreza. De dedicación. Un juego de paciencia que representa un puro entretenimiento que fomenta, además, la creatividad . El título permite que los jugadores puedan crear sus propios niveles. Y compartirlos con una ferviente comunidad.

Ese aspecto diferencial, depurado respecto a la anterior entrega, ofrece contenido para aburrir. Ahora es más accesible. Las mecánicas de creación son intuitivas y fáciles, pero deja el camino abierto a la imaginación, con lo que depende luego de cada uno sacarle más o menos partido. Es muy intuitiva y dispone de muchas opciones que utilizar. La cosa es que hay tantas decisiones que tomar como «creador», empezando por el tipo de edificio que se desea levantar, que a veces no sabes ni por dónde empezar .

Pero no se queda en solo eso; el título se sostiene, además, en otros dos pilares adicionales, un modo historia y un apartado multijugador. A diferencia de la anterior entrega, dispone de un modo de corte más tradicional. Sí, es un videojuego con historia. Transcurre por casi un centenar de niveles que se van complicando, pero su progreso es necesario para conseguir el objetivo: reconstruir el castillo de Peach porque , por un error que se aprecia en los primeros segundos, se ha destruido. Y, por tanto, ahí que deben completarlo los jugadores, cosechando monedas y levantando cada una de las partes de la fortaleza. La trama es bastante decente y gustará, seguro, a la mayoría de los parroquianos.

Todo ello condiciona la manera de acercarse a esta divertida e ilimitada experiencia. Porque, aunque aparecen todos los personajes del universo «nintendero», es un título que trae muchas sorpresa. Y no resulta en realidad del todo fácil, porque es un constante reto por la dificultad que presenta alguno de sus niveles. Las mecánicas, por lo general, son las habituales de la franquicia, como los saltos, la obtención de objetos, los obstáculos y enemigos, así como algún que otro jefe final.

La parte online es una de sus mayores flaquezas porque no se siente lo suficiente fluido ni está totalmente bien optimizado . La gracia está, sobre todo, que permite que los usuarios puedan crear sus propios niveles. Y compartirlos. De hecho, hay una enorme biblioteca de niveles -algunos hechos a mala fé- creada por otros usuarios de todo el mundo que se va ampliando constantemente.