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análisis

«Batman: Arkham Knight»: un final impecable (salvo en PC)

La última aventura de la serie de El Caballero Oscuro permite controlar como una de las grandes novedades el Batmóvil cuyo manejo resulta curioso, así como nuevas mecánicas de combate

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Cuando se anunció que el final de la saga contaría con la posibilidad de pilotar el Batmóvil, quizá entrañaba algunas dudas de cómo se implementaría dentro de un juego con elementos «sandbox» y cuyo gran aliciente era sobrevolar por la ciudad de Gotham. Pues ha sido una grata sorpresa. El coche, pese a un manejo extraño al que hay que acostumbrarse, reluce con una gran presencia en diferentes misiones.

«Batman: Arkham Knight» es un soplo de aire frío a la saga. Es su culminación y su coronación. Es poner una guinda dorada a una serie de la mejor forma posible. El juego, que supone la «muerte» de El Caballero Oscuro, sucumbe con una trama argumental trabajada y elaborada, en donde las misiones secundarias están bien integradas y tejidas dentro de la principal, profunda y que deja ganas de más conforme avanzamos.

El personaje, que cuenta con el nuevo batraje v8.03 y nuevos artilugios electrónicos, vuelve a ponerse la máscara para salvar la ciudad del caos y de la incertidumbre. Deberá acabar con El Espantapájaros, principal villano, ha diseñado una peligrosa toxina que pone en riesgo a los ciudadanos, la mayoría ahora lejos de los principales conflictos. Pero mientras llega hasta él debe personarse frente a otros viejos conocidos, como El Pingüino, que presta servicios a la causa.

Un extraño y misterioso personaje surge de la oscuridad, El Caballero de Arkham, que asegura conocer los puntos débiles Batman. Pero en esta aventura podrá contar con algunos aliados, como Catwoman o Azrael, controlables aunque para ello hay que superar varias fases. Esta es, precisamente, otra de las novedades del juego, ya que se se inaugura un nuevo combate dual asombroso visualmente, pero muy encorsetado en algunas ocasiones. El sistema de combate individual, no obstante, mantiene las mecánicas de las anteriores entregas, en donde los bloqueos y los ataques resultan intuitivos y feroces. Llama la atención la eliminación múltiple mediante la cual se puede acabar con hasta 3 enemigos indistintamente mediante una ralentización de la imagen.

Pero en esta ocasión hay nuevos movimientos, nuevos ataques y algunos detalles que logran una gran espectacularidad, como el hecho de poder eliminar a los enemigos lanzándolos. Es directo, frenético y, como la fórmula de toda la serie, Batman puede hacer uso de sus «gadgets» que se van desbloqueando conforme avanzamos o compramos algunas mejoras cuando acumulamos puntos de mejora Waynetech.

Contamos, por otro lado, un escáner de tejido profundo, más potente, para investigar algunas zonas y misiones. Hay misiones de investigación de cuerpos mutilados, rescate de bomberos, detención de criminales menores, persecuciones, enfrentamientos contra tanques-drones o perseguir a una extraña criatura. Todo, además, está bien estructurado dentro de la historia principal y que anima a completarlas. Contenido abunda por doquier.

Así, aprovechando los entornos y los salientes, podemos eliminar a los enemigos desde las alturas, huir de las armas de fuego, inhabilitarlas incluso, utilizar el gancho para salir airoso (o el perdigón de humo) o, por qué no, el batarang que tantas alegrías nos suele dar y que, para este juego, da la sensación que el anclaje es más prolongado y la longitud se duplica. Que, por cierto, en este título desarrollado por Rocksteady el batarang remoto ha mejorado ligeramente y su manejo es algo más fácil que en «Batman Arkham Origins».

Las misiones y pruebas de Riddel, por otro lado, los 247 acertijos también están mejor integrados dentro de la historia y consigue que el jugador opte por hacerlas. Pero es el coche lo que más juego da. Se utiliza mucho, se aprovecha como elemento remoto, en su modo combate consigue enfrentamientos peculiares, e incluso incluso sirve para acceder a sitios recónditos de edificios utilizando un cabrestante para modificar el entorno.

Salvo los problemas ocasionados en la versión para PC, «Batman Arkham Knight» luce muy bien en las consolas de sobremesa con una reconstrucción de tintes muy góticos de la ciudad, en donde la lluvia y los enseres casi se sienten. El traje resulta casi perfecto, cómo ondea la capa, como se mueven sus costuras, como las gotas se arrastran. Y el mapa es muy extenso y amplio, mucho más que todos los anteriores. Y todo a pesar de que, los entornos siguen sin ser totalmente interactivos y en los interiores peca de esa linealidad para avanzar que obliga al jugador a pasar por el aro de la misión sin libertad prácticamente para decidir por dónde desea penetrar.

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