Así es Apple Card, un envite a los bancos: estas son sus ventajas y desventajas

En un profundo giro estratégico, la firma apuesta decididamente por los servicios digitales como plataformas para consumir prensa, videojuegos y contenidos audiovisuales por «streaming» pero también su propia tarjeta de crédito

Detalle de la tarjeta de crédito física de la firma APPLE

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Apple está decidida a cambiar su modelo de negocio. Tradicionalmente se había encargado de producir productos tecnológicos a cambio de una importancia cuantía de dinero. Conforme más fuerza ha cobrado los servicios en la nube y las herramientas digitales la multinacional estadounidense ha venido apostado por esta línea , la que más crece en su facturación.

Pero no parte de cero. Tiene acumuluado tanto potencial que lo que está pergeñando en estos momentos es un cierre de círculo lógico. Lo está consiguiendo en muchos ámbitos, desde los contenidos audiovisuales, los videojuegos, el consumo de información, pero también ha metido la cabeza en las finanzas . La primera piedra que ha colocado en esta transformación tiene un nombre, Apple Card .

Aunque todavía está en pañales, es una suerte de tarjeta de crédito (plenamente digital) que viene como el fruto de una alianza con Mastercard y Goldman Sachs . Es un movimiento interesante puesto que el dinero cada vez más es virtual. Los usuarios de esta nueva tarjeta la podrán usar en aquellos países en los que esté disponible el servicio Apple Pay . Los principales atributos son : experiencia simple, sin cargos, intereses más bajos, con segmentación de gastos para intentar ahorrar, programas de recompensas y una apuesta por la privacidad.

Como aspecto negativo está el hecho de que se podrá utilizar en una primera fase únicamente en Estados Unidos, aunque llegará a unos cuarenta nuevos mercados a final de año. No es la primera irrupción de la firma de la manzana en el tradicional y hermético negocio de las finanzas. En 2014 se creó el sistema Apple Pay con el que los usuarios pueden agregar sus correspondientes tarjetas de sus entidades bancarias para poder pagar con un dispositivo móvil como un iPhone desde un terminal de pago compatible. Llegó, no sin cierta controversia, a España en 2016 .

Pero, ahora, baja al terreno de otra forma. Apple Card tendrá versión tanto física como digital. De momento, y como aspecto positivo, no cobrará comisiones de ningún tipo. Para obtenerla, los usuarios deberán solicitar la tarjeta a través de su cartera digital del iPhone. Integra todas las funcionalidades habituales de las tarjetas de crédito , es decir, consultar el historial de compras, información sobre pagos y facturas, así que para el caso, la experiencia no cambiará. La idea es agilizar y simplificar los procesos de compra.

Esta tarjeta se podrá utilizar desde cualquier establecimiento que acepte el sistema de pagos Apple Pay. A cambio, compensará todas las compras con el 2% del dinero gastado (3% en el caso de productos Apple), en caso de emplear la versión digital y del 1% si se realiza a través de la tarjeta física. Un interesante reclamo para su adaptación, pero que posiblemente cambie en un futuro. Una ventaja de inicio viene a colación de otra apuesta de Apple, la privacidad. La firma estadounidense lleva tiempo intentando erigirse como abanderado de la seguridad y la protección de los datos de sus usuarios. Y, en plena era de la información, puede ser un factor decisivo.

En ese sentido, esta tarjeta física no tiene número, ni código de seguridad, tampoco dispone de fecha de caducidad o de firma, ya que todos esos datos están almacenados en los dispositivos. La compañía, a su vez, asegura que tampoco tiene acceso a los datos de los posibles clientes. «Apple no sabe lo que compras, cuándo lo compras y cuánto pagas por ello», apuntaron durante la presentación.

Con este anuncio, el afán de Apple cambia radicalmente; parece atacar directamente a la línea de flotación de los bancos con los que, curiosamente, había venido tejiendo alianzas para que se integraran dentro de su servicio de pagos móviles. ¿Traición? ¿Un caballo de Troya? Ahora el gigante de la tecnología competirá contra estas mismas entidades, dejando de la lado la cooperación para ir directamente a competir.

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