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Apple Watch Series 4: este es el reloj que debió de ser

El nuevo modelo introduce por primera vez un ligero lavado de cara pero mejora sus capacidades internas para convertirlo en un dispositivo con sentido y que, por fin, vale la pena tener como un potente equipo médico de muñeca

Detalle del nuevo reloj inteligente J.M.S.

J.M.SÁNCHEZ

Pese al esfuerzo de la industria de la tecnología, los relojes inteligentes todavía no han revolucionado la sociedad. Vistos como meros complementos, sus funciones principales no se escapan -en su mayoría- de ser un doble espejo de un dispositivo matriz, generalmente el teléfono móvil. Pero Apple ha vuelto a cortar el cordón umbilical de la dependencia con el iPhone. Apple Watch Series 4 es la nueva generación de su dispositivo de muñeca que por fin tiene sentido, por fin tiene fuerza para combatir por su cuenta y, por fin, se aprecia como un producto electrónico al que dedicarle tiempo.

Han sido cuatro generaciones hasta llegar aquí y muchas compañías en retirada acerca de un dispositivo «wearable» que estaba llamado a cambiar el mundo pero que ha venido perdiendo fuelle. De manera casi silenciosa y discreta, la firma norteamericana ha logrado empaquetar en un tamaño muy pequeño toda una serie de funciones útiles y con la mirada puesta al mundo de la salud.

Y eso pese a que ha agrandado en esta ocasión sus dimensiones. Por primera vez, el reloj ha mutado en tamaño y otros aspectos quizás menores como uno de los botones, estilizado además los bordes. El altavoz tiene un mayor volumen y se encuentra en el borde izquierdo, mientras que el micrófono se coloca ahora en el derecho. En lo que más se aprecia el cambio es comparándolo con los modelos anteriores . Ha pasado de los 38 y 42 milímetros de las primeras generaciones a 40 y 44 milímetros.

Ambos mantienen los paneles de tipo OLED pero son más brillantes y con resoluciones de 384 x 480 píxeles. Con ello se ha ganado en espacio donde presentar más información, pero siempre manteniendo un producto cómodo y manejable que apenas se siente en su día a día. Está ahí, funciona y es, precisamente, en lo que consiste la tecnología. Más espacio tenía que venir reforzada de nueva esferas. Las «caras» del reloj son muy diversas y novedosas, más personalizables y con la posibilidad de configurarlo casi a tu antojo. La interfaz en general no ha cambiado, aunque sí algunos gestos como la organización de las aplicaciones, que ahora vienen en forma de ventanas como en un entorno móvil.

Gran poder con WatchOS 5

Ese esfuerzo se traduce en WatchOS 5, nueva versión del sistema operativo para el reloj, que también ha mejorado algunos aspectos muy interesantes: en función del movimiento del usuario, el dispositivo es capaz de deducir si se está iniciando una actividad física para sugerir el tipo de entrenamiento a monitorizar. Un escenario que se manifiesta en forma de notificación al usuario del tipo «¿Has empezado a correr?» .

Esta función también se mueve hacia la inversa, es decir, cuando el usuario que se encuentre registrando sus pasos y la distancia recorrida se detenga por algún casual el dispositivo «entenderá» que el ejercicio ha finalizado y, por tanto, detendrá el seguimiento. Se echa de menos, en cambio, que se reinicie esta particularidad de manera automática. Pero es un paso, nunca mejor dicho, hacia la automatización de las funciones.

Y precisamente, el nuevo Apple Watch ha profundizado en esta materia gracias a una mejor integración con el asistente de voz Siri con todos los servicios de la compañía y la compatibilidad con los auriculares inalámbricos AirPods. Ahora, por fin, el equipo sabe perfectamente dónde se tienen que conectar los cascos, con lo que la experiencia es mucho más agradable y práctica. El software, además, ha mejorado otros aspectos quizás menores como es el arranque inicial y la velocidad de conectividad, mucho más rápida que sus predecesores.

Un enfoque hacia la salud portátil

Dado su enfoque hacia la salud, el reloj es mucho más útil con algunas funciones muy interesantes como la de hacer una llamada de emergencia cuando el propietario sufre una caída brusca. En caso de registrar una bajada repentina de las pulsaciones -por debajo de las 40 pulsaciones- y una alteración del posicionamiento, el dispositivo puede avisar a emergencias rápidamente. Es una función interesante, aunque viene desactivada por defecto.

Llama la atención, por otro lado, el peso cada vez mayor del sensor de ritmo cardiaco. Es muy preciso. Lo más interesante es que en la muñeca se puede tener una serie de prestaciones tan útiles en un espacio tan pequeño. A diferencia de sus antecesores, el nuevo reloj ha reforzado la corona digital con un electrodo diseñado para registrar, incluso, electrocardiogramas. Es una gran novedad al respecto y convierte al equipo en una herramienta médica portátil, pero es una función que llegará, de momento, solo al mercado norteamericano; la firma de la manzana se encuentra trabajando con los reguladores de productos médicos para ver si encuentran un encaje legal.

Más independiente del móvil

Hay una versión con conectividad LTE, cuya configuración es rápida, aunque conlleva gastos adicionales y una tarjeta SIM compatible. No es algo que haya inventado Apple, puesto que desde el pasado año Samsung, su principal rival en la industria, dispone de una versión de su reloj con la eSIM, la tarjeta electrónica que posiblemente sea tendencia también en los móviles.

En este caso, se ha analizado con una tarjeta proporcionada por Vodafone. Gracias a ello, el reloj es perfectamente manejable sin tener que llevar el iPhone a cuestas. Es casi totalmente independiente. Y digo «casi» porque hay tareas que no se pueden realizar. La experiencia es sorprendente; se puede llamar -y si se tienen AirPods mejora bastante-, consultar diversas aplicaciones, recibir alertas y comunicarse desde la muñeca en interacciones fugaces.

A nivel técnico, el dispositivo ha incorporado un chip S4 que mejora sustancialmente el rendimiento. Es fluido, rápido y cualquier gesto pone el marcha al reloj en un abrir y cerrar de ojos. Pese a que se ha extendido ligeramente, la batería sigue siendo uno de sus grandes inconvenientes. Los usuarios lo tendrán que cargar cada noche, incluso si se utiliza poco. Si se tira de datos, se consultan los mapas, se habla por teléfono o se reciben muchas alertas lo más seguro es que incluso antes salte el aviso de «batería por debajo del 10%». Esto es, sin duda, un aspecto negativo que empaña toda una experiencia.

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