ANÁLISIS

Dos semanas con unos auriculares que trasmiten el sonido por los huesos: mejor de lo esperado

La firma AfterShokz presenta sus últimos modelos de auriculares deportivos de conducción ósea

Detalle de los auriculares de la firma AfterShokz
José Manuel Nieves

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Durante las últimas semanas, he tenido ocasión de probar los dos últimos modelos de auriculares deportivos AfterShokz . Y he de admitir que la experiencia ha sido mucho mejor de lo que esperaba.

Para empezar, esta marca está especializada en un tipo muy determinado de auriculares, los de conducción ósea, que no tienen nada que ver con los clásicos intraurales (ya saben, los que se introducen dentro del oído). En esta clase de dispositivos, en efecto, el sonido no pasa por el canal auditivo y el tímpano, sino que se transmite directamente a través de los huesos del cráneo hasta el oído interno . Lo cual tiene varias implicaciones importantes.

La primera es una sensación algo extraña, ya que no estamos acostumbrados a que nos «inyecten» música directamente al oído interno, sin pasar por los conductos (y nunca mejor dicho) reglamentarios. Pero la calidad del sonido es excelente, y no tiene nda que envidiar a la de los mejores auriculares tradicionales. La sensación de extrañeza se pasa en dos minutos, y se convierte, por lo menos en mi caso, en algo novedoso y agradable.

La segunda implicación es que, al no estar comprometido el tímpano, podemos seguir oyendo todo lo que sucede a nuestro alrededor, lo cual es una muy buena noticia, por ejemplo, para runners y amantes de la bici, que no se aislarán del tráfico de alrededor, y representa una excelente medida de seguridad contra despistes (al cruzar una calle, por ejemplo) que pueden costar muy caros.

Por no hablar de que resulta extraordinariamente cómodo escuchar música durante largo tiempo sin tener que sufrir las molestias propias de llevar algo metido dentro del oído todo el tiempo. Además, su diseño hace que, durante cualquier actividad deportiva, los auriculares no se muevan de su sitio. Es completamente imposible que se salgan (¡¡no tienen de dónde!!) o que se caigan.

La tercera implicación es técnica: al no tener que introducirse en el oído, los auriculares de AfterShokz tienen una forma y un aspecto muy diferentes a lo habitual . Y aquí está, a mi juicio, uno de los aspectos más positivos. Los transductores, por ejemplo, (las dos placas planas que sustituyen a los auriculares convencionales), Se apoyan suavemente sobre el hueso en el que termina la mandíbula, justo al lado del oído. Y el diseño mismo del dispositivo hace que se coloquen ahí directamente en cuento nos los ponemos. A partir de ese momento podemos olvidarnos de que llevamos algo encima.

Como decía al principio, he estado probando dos de los últimos modelos de AfterShokz, el Aeropex (169 euros) y el recientísimo XtrainerZ (159 euros), un modelo especialmente pensado para nadadores y que incorpora, a diferencia de los demás, 4GB de almacenamiento interno para llevar encima, sin necesidad de conectarlos por Bluetooh con un MP3 o un móvil, hasta 1.200 canciones.

La textura gomosa de ambos modelos los hace muy agradables al tacto. Son pequeños y ligeros, y sus botones (para subir o bajar el volumen, pasar de canción o contestar una llamada entrante) resultan cómodos y fáciles de encontrar con la mano. En los Aeropex, los transductores se han desplazado 30 grados hacia el rostro con respecto a modelos anteriores. Lo que, según la firma, mejora notablemente los bajos y aumenta la nitidez de la voz.

Diversas tecnologías (PremiumPitch+ y LeakSlayer) consiguen, además, optimizar la calidad del sonido que se transmite a través del hueso y reducir enormemente la fuga de sonido. En realidad, la propia tecnología de conducción ósea permite que solo quien lleva puestos los auriculares pueda escuchar lo que sale de ellos, por lo que podremos estar seguros de no molestar a las personas que tenemos alrededor.

Ambos modelos son impermeables, aunque con diferencias. Los Aeropex incorporan la especificación IP 67, lo que permite sumergirlos hasta un metro de profundidad durante un máximo de media hora. Los Xtrainer Z, por su parte, vienen equipados con IP 68, lo que les hace totalmente sumergibles, hasta dos metros de profundidad durante dos horas.

Las baterías garantizan su uso continuado durante 8 horas y hasta 20 días, en el caso de los Xtrainer Z, en «stand by» (Los Aeropex aguantan 11 días). En definitiva, una experiencia sorprendente y agradable. Una opción muy diferente a lo convencional y con una calidad de sonido y prestaciones que nada tienen que envidiar a las de los modelos más famosos.

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