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Xbox One da marcha atrás

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"No vamos a cambiar nada de lo que hemos hecho con Xbox One". La frase es de Larry Hryb, portavoz de la división de Xbox de Microsoft, y la pronunció hace menos de una semana, durante una entrevista en la que se le preguntó acerca de la férrea postura que los de Redmond mantenía con respecto a las restricciones para juegos de segunda mano y la obligatoriedad conectar la nueva consola a internet cada 24 horas.

Apenas unos días después Microsoft ha anunciado que da marcha atrás en su política. Quizá el descalabro haya sido importante en cuestión de reservas. Lo cierto es que ha sido el propio Don Mattrick, presidente de Microsoft Interactive Entertainment, quien ha escrito la entrada en el blog oficial de Xbox en el que se detallan los cambios.

Así las cosas, el usuario ya no estará obligado a conectar la Xbox One a internet cada 24 horas y podrá comprar, vender, regalar y prestar juegos de segunda mano sin ningún tipo de restricción. Por si fuera poco, la compañía elimina también la restricción regional, así que los jugadores podrán jugar a títulos comprados en cualquier rincón del planeta.

Con el anuncio se desvanece, en parte -hay que recordar que PlayStation 4 sigue siendo 100 euros más barata que Xbox One-, la sensación de triunfo que Sony había dejado a su paso por el E3, la feria de videojuegos más importante del mundo. Cuando la tediosa conferencia de la compañía nipona enfilaba ya su recta final, el presidente y director ejecutivo de Sony Computer Entertainment of America, Jack Tretton, daba la noticia que marcaría la cita: con PS4 no habría restricciones de ningún tipo, salvo para los juegos en los que el online es imprescindible, claro está.

Con la decisión de Microsoft, la balanza parece volver a equilibrarse y aquellos gritos de satisfacción y júbilo que resonaron en el auditorio de Los Ángeles tras las palabras de Tretton parecen perder todo el sentido. Pero es que, en realidad, las medidas que habían puesto en marcha los de Redmond para frenar la segunda mano nunca lo tuvieron. ¿Acaso tendría lógica que un melómano no pudiera vender libremente su colección de discos? ¿Debería pasar el propietario de un Mercedes por la casa oficial para poner el vehículo a la venta?

En todo caso parece que Microsoft ha recuperado la cordura. "Apreciamos vuestra pasión, apoyo y predisposición de cambiar los supuestos de las licencias digitales y la conectividad", señala Mattrick en su entrada. "Aunque creemos que la mayoría de gente jugará a los juegos online y accederá a la nube para jugar, ofreceremos a los consumidores la opción de tener el contenido físico o digital. Hemos escuchado vuestro feedback alto y claro y sabemos que queréis lo mejor de ambos mundos".

Xbox One deberá, eso sí, conectarse a internet para la instalación inicial de la consola, pero después seguirá funcionando sin conexión. En este sentido, la situación es la misma que con Xbox 360, a excepción de la protección regional que desaparece. Una decisión, esta última, que Sony ya tomó con su PlayStation 3.

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