EL CAMINO DE... SEVILLA

El Rocío 2019: Hasta donde Ella quiera

Tribuna del periodista Francisco Robles

Salida de la hermandad de Coria del Río Manuel Gómez

Francisco Robles

Hasta Cañada Fría o La Juliana, hasta los pinares de Aznalcázar o el mítico vado de Quema, hasta El Chaparral, la Raya Real o la frontera que cruje –tiempo detenido y madera– en el Puente del Ajolí. Se llama Lola, es de Coria y no sabe hasta dónde llegará. Lo más probable es que se quede muy cerca de esa puerta del camino que heredó el nombre de la romana Caura. Su historia es idéntica a la que cuenta Cortázar en Continuidad de los parques, el gran relato de la metaliteratura. Lo real se cuela en la ficción, y la ficción se nutre de la realidad. Lola de Coria nos cuenta lo que va a leer hoy en su ABC, y viceversa. No puede dejar solo al hombre que la necesita. Entre el amor y la Virgen siempre ganará el más débil. Por eso no irá al Rocío. Y por eso se le quiebra la voz mientras los carreteros uncen los bueyes con un mimo fenicio, como si estuvieran manejando el oro del Carambolo.

Coria no va al Rocío. Coria se va al Rocío, que es distinto. Y los primeros serán los últimos, o sea, los que no pueden ir. En el cristal que protege al Cristo Yacente se refleja la luz del Simpecado. No es un efecto óptico. Es un tratado de teología popular . En la iglesia de la Soledad reza un romero a solas. La camisa del color de la tierra. El sudor le mancha la espalda. A unos pasos, la fusión de la Salve y las sevillanas, del rezo y el tamboril, de la oración y la flauta. El Rocío no es apto para silogismos ni bisturíes. Es el todo sin la nada.

De otro tiempo

Los niños en las calles, la luz en lo más alto, las carretas sacadas de otro tiempo y coloreadas por el presente. En el templo donde se le rinde culto a la Virgen de la Estrella brilla el compás de las palmas por sevillanas. Un caniche rociero se asoma a una ventana, lleva una medalla colgada del cuello . Que todo el mundo sea rociero, dijo Juan Pablo II. Que todo el pueblo sea rociero, dicen en Coria sin necesidad de articular palabras. Brilla la plata del cajón que ya ha cumplido veinte primaveras. La hermandad se fundó en 1849, con los Montpensier recién llegados a Sevilla. Hace un siglo, el ganadero coriano Anastasio Martín tuvo mucho que ver con la coronación de la Virgen del Rocío. Fue uno de los que lograron aquel suceso que ya ha entrado en la historia del Rocío.

Las carretas se marchan. Cada vez hay más gente en las calles . La fiesta se sube a las colgaduras de los balcones. Los peregrinos cogen el camino de las hermandades de Sevilla. Buscan el faro de la aldea. ¿Hasta dónde llegará esa mujer que siente el desgarro del dolor y que se llama Lola? «Hasta donde Ella quiera», nos dice para darnos la crónica hecha. Amén.

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