Las tres mujeres que se han convertido en heroínas por evitar una violación

La historia de Sonia, Marla y Monica se ha hecho viral tras compartirla en Facebook

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Las redes sociales permiten dar una difusión casi ilimitada a historias que quizá nunca llegaríamos a conocer de otro modo. Relatos reales y humanos, vivencias que alguien publica en su muro de Facebook y que pueden acabar dando la vuelta al mundo. Eso es lo que ha ocurrido con un heroico gesto protagonizado por tres mujeres, Sonia, Marla y Monica. La primera de ellas ha usado su cuenta personal de Facebook para contar cómo salvaron a una mujer de ser violada y el post se ha hecho viral, tras ser compartido por más de 100.000 personas.

Los hechos tuvieron lugar la pasada semana en un restaurante de California, en el que las tres amigas se habían reunido para cenar juntas.

En cierto momento de la noche, Monica frunció el ceño y permaneció en silencio: había visto algo extraño en una mesa cercana. «Acabo de ver cómo ese hombre echa algo en la bebida de su cita», comentó en voz baja a sus compañeras. Aprovechando que la mujer que estaba con él se había levantado para ir al servicio, el hombre había vaciado una especie de cápsula en su copa de vino.

Sin perder un segundo, Sonia se levantó y se dirigió al aseo para hablar con la posible víctima. Al escuchar su testimonio, la mujer no podía creer lo que estaba ocurriendo. «Es uno de mis mejores amigos. Trabajamos juntos desde hace más de un año», explicó. Tras tomarse unos minutos para recuperarse del susto, decidió regresar a la mesa y pedir un botellín de agua. Durante el resto de la cena, el hombre no dejó de insistir en que bebiese su copa de vino, proposiciones que ella rechazó como pudo durante más de media hora.

La mujer sabía que, mientras ella intentaba disimular, el dueño del restaurante estaba revisando la grabación de las cámaras de seguridad del local en busca de una prueba definitiva. En cuanto encontró el momento en que se veía con claridad cómo el hombre depositaba algo en la copa avisó de inmediato a la policía. «Cuando le detuvieron no protestó. No preguntó el motivo. No parecía sorprendido», cuenta Sara en su post de Facebook.

La noche no terminó ahí para el grupo de amigas. Cuando los agentes se llevaron al agresor fueron muchas las personas que se acercaron a su mesa para agradecerles su gesto. Gente que conocía o incluso había vivido historias similares, aunque sin un final feliz. Más tarde, ellas mismas llevarían a casa a la mujer que habían salvado, todavía aturdida. Su acompañante le había convencido para aparcar su coche en su domicilio e ir a recogerlo después de cenar. Un indicio más de que aquel hombre tenía las peores intenciones.

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