La masturbación en el mundo: de latigazos y decapitaciones a cabinas para «liberar estrés»

En Nueva York entre un 30 y 40% de los hombres admiten masturbarse en el trabajo y en Suecia, gracias a un sexagenario, el onanismo en público ha sido permitido «con matices»

Madrid Actualizado: Guardar
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Las conductas sexuales siempre han sido eclécticas dependiendo de la cultura del país en el que uno resida. Lo que en un país puede estar prohibido y penado incluso con la decapitación, en otro se permite, prácticamente sin matices, para sorpresa de muchos.

Curiosamente, y a pesar de que recientemente se han instalado cabinas que permiten a los hombres masturbarse en las calles de Nueva York, algunos estados del país presidido por Barack Obama sorprenden por la rigidez legislativa con la que regulan el acto de buscar placer en solitario.

La Gran Manzana ha permitido de este modo que la compañía de juguetes sexuales Hot Octopusinstale locutorios para que los neoyorkinos puedan «liberar estrés» laboral.

Además, en su página web, la «juguetería publica estudios científicos que amparan los beneficios de la masturbación para liberar estrés. Las polémicas cabinas, denominadas GuyFi —tiene un ordenador y Wifi gratuito, una silla y una cortina para mantener la privacidad—, se han instalado después de que sondeos nacionales hayan revelado que entre un 30 y un 40% de los hombres admitan masturbarse en el trabajo.

En Florida el sexo oral está penado con 20 años de cárcel mientras que en Alabama, en 2009 la Corte Suprema dictó una sentencia que afectaba directamente a los aficionados a los vibradores al prohibir la venta «de cualquier dispositivo diseñado principalmente para la estimulación de los órganos genitales humanos». Por su parte, según recogió «The Herald Tribune» en su día, Texas ilegalizó algunas formas de masturbación masculina, haciendo solo excepciones con los donantes de esperma.

Pero estas normativas no solo afectan a los hombres, aunque sí en su mayoría. En Brasil se rompió el estigma que acompaña a la masturbación femenina desde tiempos inmemoriales cuando Ana Catarian Bezerra abogó por el onanismo durante el horario de trabajo argumentando que la enfermedad rara que sufría la obligaba a masturbarse 18 veces al día. Así, la legislación brasileña permitió este acto en horario laboral en 2011 siempre y cuando no se superen los 15 minutos cada dos horas.

Y no es la masturbación en público no es delito. No se alarmen, este consentimiento no se legitima en cualquier caso. El tribunal del distrito de Södertörn absolvió a un sueco de 65 años al que acusaban de «agresión sexual» por practicar onanismo en una playa de Estocolmo, según «The Huffington Post». Para que el acto se convirtiese en delito el sexagenario debía hacerlo en dirección a una o más personas.

Los castigos más duros

Pero hay castigos más serios. En Arabia Saudí, un tribunal condenó en 2004 a un profesor a 300 latigazos y tres años de prisión por asegurar que la masturbación estaba permitida en el Islam, tal y como informó en noviembre de 2005 la ONG Human Rights Watch.

Cuenta la leyenda, que en Indonesia practicar el onanismo está penado con la decapitación. En realidad, según «The Huffington Post», el acto está regulado por el artículo 281 del Código Penal del país asiático, que dictamina: «Quien se masturbe deliberada y explícitamente incurre en una pena máxima de 2 años y 8 meses de cárcel».

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