Benítez y Ramos hablan claro y sellan la paz

Es un profesional sincero y no tiene soberbia para reconocer sus errores. Rafa Benítez sabe que se equivocó al criticar con insistencia a Sergio Ramos por el penalti cometido ante el Atlético y ha tomado cartas en el asunto. Con independencia de que su opinión era objetiva, pues ese fallo no lo puede cometer un campeón del mundo, estuvo desacertado en los modos. En decírselo a todos. El entrenador ha dialogado con el capitán tras escuchar las elocuentes respuestas del futbolista respecto a sus fallos y los de todos, empezado por el míster. El jugador también acepta que su contestación, igualmente pública, incendia el debate no es buena para el Real Madrid.

En un diálogo abierto, franco, Benítez le reconoció al central que no debió criticarle en público.

Era su contestación a la postura del andaluz, que dijo que le gustaría hacer conocido en primera instancia esa crítica, y no por escucharla en otro sitio. Después, el jugador dejó entrever que no era lo ideal criticar a los futbolistas públicamente, especialmente cuando él ha jugado infiltrado para poder estar en el derbi, un esfuerzo que no se ha valorado. El número cuatro» advirtió que es mejor lavar los blancos trapos sucios en la cocina de Valdebebas.

Ramos también contestó de esta manera cuando Mourinho criticó al equipo por aquella derrota por 1-0 en el Sánchez Pizjuán, hace tres años. Después, el entrenador portugués y el capitán hablaron y todo quedó solucionado. Ahora, la historia se repite.

Benítez y Ramos han firmado la pipa de la paz. El técnico le ha dicho que no volverá a criticar en público a un futbolista de esa manera. Y el jugador tampoco lo hará.

Todo empezó cuando el entrenador declaró que «lo que más me cabreó fue el error de Ramos, no tiene que arriesgar un pase innecesario». Y el capitán respondió en la concentración de la selección española: «De los errores aprendemos todos, los jugadores y los entrenadores. Ni me preocupa ni me molestó lo que dijo el míster, todos nos equivocamos. También se habla de si fuimos o no a por el partido».

Ramos corrobora que su contestación pública no era la posición idónea, pues ha avivado el incendio. Pero lo hizo para contestar al máximo responsable cuando critica a los jugadores.

Ambos han sentado las bases para hacerlo todo en privado, en el vestuario, en el despacho del entrenador, en Valdebebas. Han firmado la paz tras dos actuaciones que no son buenas para el equipo.