Modric aprueba el examen del Real Madrid

El Real Madrid esperaba la encerrona de un ambiente caliente en las gradas y caldeado por Aduriz y Raúl García en el césped y los hombres de Benítez dieron la cara en el primer gran examen del año, cuando más debían hacerlo. Modric se ha transformado en el líder del conjunto blanco. Ya no juega como medio centro. Es el nuevo director de orquesta de la estrategia del entrenador. Ha retornado a su antigua misión de creador. Y es el alma del Real Madrid, que ganó en Bilbao con dos goles de Benzema.

Sus triangulaciones, sus pases precisos y su forma de buscar siempre la recepción del balón para llevar el timón fueron una demostración palpable en un partido tan físico como el de San Mamés.

Ha asumido el papel de mando en plaza, mientras Kroos le cubre las espaldas en una labor gris, oscura.

El croata no quiso protagonizar personalmente el éxito de San Mamés, que ha colocado al Real Madrid en la cabeza del campeonato, porque Benzema marcó esos dos tantos y todo el equipo rindió a un buen nivel. Modric valoró el buen fútbol general y el carácter demostrado en el campo como claves del triunfo.

Benítez lo advirtió en agosto: Modric era fundamental. Escondió su idea. Ya no es un pivote, sino que todo el fútbol madridista pivota sobre él. El año pasado, el Madrid acusó de firma decisiva sus largas ausencias por lesión. Ahora ha vuelto a ser clave. Y el club espera que la suerte, esta vez, se case con el croata.