Kroos y Modric, el mejor dúo de pivotes de la carrera de Benítez

Políglota en idiomas y en ideas, la amalgama de características que Benítez mezcla en sus estrategias recoge la ocupación de espacios de Sacchi, el ritmo físico de la Premier, la disciplina táctica del calcio y el talento del futbolista español en la Liga. «Los títulos se comienzan a ganar desde el sistema destructivo», propugna el entrenador del Real Madrid como lema. «Los equipo se cimientan desde la defensa», argumenta con el poso de la experiencia. Y no solo por la seguridad de Ramos, Pepe, Marcelo, Danilo y Carvajal, sino también por pivotes como Kroos y Modric. El técnico está encantado con la rápida asimilación de conceptos de sus futbolistas. Solo han recibido dos goles en siete partidos, uno de ellos en un penalti inexistente señalado a Sergio Ramos.

El éxito defensivo es una virtud que el madrileño ha conseguido aplicar rápidamente en el equipo de sus amores, al que llegó con doce años como jugador para regresar en la cincuentena como máximo responsable. Una eficacia que la simplificación de ideas centra en la defensa. La realidad es que la eficiencia de esa destrucción masiva nace con el mejor dúo de medios centro que Benítez se ha encontrado en su carrera: Kroos y Modric.

Los datos no son discutibles. El ideal estratégico del preparador es presionar arriba para robar cuanto antes el balón y realizar el contragolpe instantáneo. En ese esquema, el alemán y el croata son el tándem idóneo para el técnico. Dos mediocampistas de calidad que se han convertido en dos pivotes insuperables, que cortan el ataque rival y poseen múltiples recursos técnicos para sacar el balón jugado mejor que nadie. Los datos son indiscutibles: el Real Madrid roba un promedio de 31 balones por encuentro. Una recuperación cada tres minutos. Y el doble pivote blanco asume dos tercios de esos robos: 22 de los 31.

En esta misión, Kroos es el «cortador de hierba» cualificado: trece recuperaciones cada 90 minutos. Modric protagoniza nueve, hecho importante en un futbolista que tiene libertad para subir cuando la jugada lo requiere gracias a su regate vertical, único. El entrenador alaba la infinidad de talento del croata para driblar, tocar, buscar la salida con la pelota controlada y dar pases en diagonal a Bale y Cristiano. Del alemán ensalza su disciplina táctica. Es el pivote fijo. El Real Madrid defiende muy bien. Ahora falta que la «BBC» juegue junta para que los goles lleguen con asiduidad.