Casillas dice sí a su salida

Casillas ha vivido dos años de polémicas, titularidades y suplencias desde que Mourinho le dejó en el banquillo el 23 de diciembre de 2012, en La Rosaleda. Reserva en los últimos meses de Mourinho, Ancelotti consolidó esa difícil situación del guardameta en su primera temporada como entrenador del Real Madrid, un segundo plano disminuido por el protagonismo de Íker en la Décima y en la Copa 2014, ganadas con el guardameta madrileño en el once, aunque fallara en la final de Lisboa, salvado por el cabezazo de Sergio Ramos, al filo de lo imposible. Tras esos triunfos, el capitán se negó a marcharse. Fue Diego López quien dejó el Real Madrid hace un año para firmar por el Milán.

Ahora, Casillas ha dicho por primera vez sí a una oferta para abandonar el club de toda su vida, en el que lleva veinticinco años, dieciséis de ellos en el primer plantel. El Real Madrid le expuso la temporada pasada que tendría la carta de libertad para irse este año si recibía una oferta que le interesara. Esa propuesta ha llegado. Íker ha dicho «sí» al Oporto.

El club madrileño espera que el capitán se dirija al club para abordar la operación. «El año pasado nos comprometimos con Casillas para que tuviera la carta de libertad este año si surgía una oferta que le interesara, en deferencia a su trayectoria. Si desea irse al Oporto, daremos todas las facilidades para realizar la operación», manifiesta el Real Madrid.

La casa blanca conoció el interés del Oporto por el portero en las últimas horas y «las líneas están abiertas» para concretar la negociación. El proyecto de Lopetegui, que insistía en su adquisición a sus dirigentes, ha convencido finalmente al capitán. Ante la amenaza de la llegada de David de Gea, que también ataca su rango en la selección española, su fichaje por el Oporto le mantendría como titular en un equipo de Champions y le permitiría defender igualmente su primera posición con Del Bosque en España. Es una solución ideal para no pasar al ostracismo en el Real Madrid y, por extensión, a la selección.

Las tornas han cambiado en cuestión de horas. Hasta hace unos días, Casillas solo pensaba en cumplir su contrato en el Real Madrid, que finaliza en junio de 2017. Sus manifestaciones insistían en esa postura. Hoy, Íker aprueba irse a las órdenes de un entrenador español que fue portero y que confía en él. «Está muy ilusionado» con la proposición de Lopetegui, reconoce su apoderado, Carlos Cutropia. El representante ruega al Real Madrid esas «facilidades» para conseguir la operación. La «ayuda» que menciona Cutropia se traducen en dinero.

El Oporto ha ofrecido al cancerbero un contrato por los dos años que le quedan en la casa blanca, más uno opcional. Y el club español está dispuesto a conceder las facilidades: «Hay que hacer un esfuerzo por todas las partes, el jugador, el Oporto y el Real Madrid. Nosotros haremos el nuestro».

El club luso está dispuesto a pagar a Casillas hasta cuatro millones anuales de ficha. Ocho en total. El futbolista también debería aportar su apoyo a la operación y rebajar un poquito sus pretensiones de cobrar los 14 millones netos por dos años, dado que obtendrá el cien por cien de sus derechos de imagen. La casa blanca podría aportar por ejemplo dos millones por temporada, cuatro en total. La operación se concretará cuando se precisen estas cifras.

El hecho de jugar muy cerca de la capial de España, en un club de tradición europea, y de poder mantener su protagonismo en el equipo nacional, son datos fundamentales para este cambio de opinión del capitán. El Real Madrid solo espera que Casillas diga en el club que desea marcharse para abordar el cambio de equipo.

Íker ha decidido acabar con una realidad insostenible que no tenía solución. Los silbidos eran una norma en el Bernabéu. Hasta que explotó un día, con gestos a la grada. Fue el 9 de mayo, frente al Valencia. Una parte de la afición le culpó de los goles valencianistas (2-2). Esa respuesta del portero fue el aviso de su adiós. Quiere irse al Oporto. Debe dirigirse al Real Madrid y plantar su propuesta sobre la mesa.