El primer día de Rafa Benítez: aterrizó y se puso a trabajar en el reto de su vida

Rafa Benítez ya es entrenador del Real Madrid. No ha firmado su contrato, faltan unos datos, pero ya trabaja como responsable de la primera plantilla, el sueño que dejó pendiente en 1995, cuando voló de la casa blanca, dejó el Real Madrid B y decidió hacerse a sí mismo. Ahora cumple esa meta deseada.

El domingo finalizó su contrato con el Nápoles y el lunes cogió un vuelo privado y aterrizó en Madrid pasado el mediodía, a la misma hora que Sergio Ramos, en la sede de la selección española, elogiaba su fichaje sin dejar de reconocer que apoyaba la continuidad de Ancelotti. Lo cortés no quita lo valiente. Con Carlo y con la defensa de España ante el menosprecio del himno.

Un coche del Real Madrid recogió a Benítez en la zona de personalidades del aeropuerto de Barajas, para evitar el tumulto de su llegada por la zona de público en general. Y fue trasladado inmediatamente a la ciudad deportiva de Valdebebas, una sede que desconocía.

Cuando el técnico dejó la entidad, el Madrid vivía todavía en su antigua ciudad deportiva. Ayer conoció la nueva. Inmejorable. Cuenta con todos los aditamentos que un entrenador pueda desear. Y se puso a trabajar. Conoció personas con las que trabajará a diario. Se puso a colocar su despacho. Estudió instalaciones, vídeos, técnicas, piscinas, campos de entrenamiento y todos los apoyos que disfrutará para hacer del Madrid, de nuevo, campeón de la Champions.

Doce horas antes, Benítez se había acostado por última vez en su habitación del hotel Marina di Castelo, situado junto a la ciudad deportiva del Nápoles. Ha sido su casa durante dos años. Y emprendió el viaje que soñaba desde hace veinte, cuando dejó el Real Madrid B para aprender a volar solo. A fe que aprendió bien. Benítez triunfó en el fútbol europeo de la mano del Valencia y del Liverpool. Y regresa para entrenar al equipo más laureado del continente. «Estoy preparado».

Un monovolumen le trasladó desde su hotel napolitano al aeropuerto, donde cogió ese avión privado que le llevó a su ciudad y a su equipo del alma, «Madrid y el Real Madrid». Un Audi deportivo metalizado, propiedad del club de sus amores, le recogió en Barajas, camino de la ciudad deportiva de Valdebebas. Es un trabajador nato. Ni un día de respiro. El domingo por la noche dirigía su último partido con la Nápoles y el lunes al mediodía ya estaba en su nueva sede de trabajo.

Alucinado con Valdebebas. Quería conocer las instalaciones. Los siete campos de hierba. Las piscinas de agua caliente. El gimnasio. Las áreas de recuperación. Esa sala de vídeos y cine, donde flagelará a sus futbolistas con los movimientos individuales y tácticos de los rivales, sus peligros y sus regates. Saludó a personas con las que trabajará diariamente. Estaba alucinado. «Es la mejor ciudad deportiva del mundo». Tiene todos los elementos para ganar.

Rafa Benítez comió sin dejar de trabajar con José Ángel Sánchez, mano izquierda y parte de la derecha de Florentino Pérez. El director general del club siempre creyó en el madrileño como entrenador del Real Madrid. Se negociaron las últimas precisiones del contrato.

El técnico firma por tres temporadas. Será presentado mañana, a la una de la tarde, en el Palco de Honor del Bernabéu. Veinte años después. Que veinte años no es nada, relata el tango que más gustaba a Di Stéfano. Don Alfredo lo utilizaba como metáfora para argumentar que el tiempo pone a cada uno en su sitio. A Benítez, el tiempo le ha puesto donde debía. El mito del Real Madrid siempre elogió a un técnico que triunfó en el Valencia cuando ni el Valencia confiaba en él. Lo decía un hombre que también dirigió y ganó en aquel club.

Presión, disciplina y fuerza. Junto a Benítez llega al Real Madrid su equipo de confianza. Cuatro hombres sin piedad en el objetivo del éxito. Cuatro hombres fundamentales para explicar la carrera del entrenador. El primer secreto de las victorias del madrileño como preparador de nivel mundial se basa en la labor de su preparador físico, Francisco de Miguel.

Los tres capítulos principales de la definición técnica de Benítez son su estrategia de presión desde arriba, su exigencia de disciplina táctica en defensa y ataque y la preparación aeróbica de los futbolistas que necesita ese despliegue. Paco de Miguel es el artífice de ese éxito. Sus equipos destacan por su rendimiento hasta el final de cada partido y de la temporada. Es un talón de Aquiles del Real Madrid que Benítez y De Miguel vienen a subsanar.

Los dos forman un dúo clave. El entrenador realiza rotaciones constantes en sus alineaciones y en los partidos con el fin de conseguir que sus equipos jueguen con fuerza los noventa minutos. De Miguel es quien debe lograr que todos los jugadores se encuentren en una forma espléndida para hacer valer esos cambios.

El segundo puntal del cuarteto es Antonio Gómez. Exjugador en el Real Madrid B de Benítez, debutante en el primer equipo con Valdano en la campaña 1995-96, Gómez es el hombre que estudia a los equipos contrarios. Es su ayudante de campo y su analista.

Xavi Valero es el especialista de porteros. Ochotorena le aconsejó su fichaje en 2007. Desde entonces han trabajado juntos. El cuarto jinete de la carrera del madrileño es Juan Francisco Sánchez, su director de comunicación particular, el que valora su imagen.

«Vengo con mucha ilusión», señalaba el hombre que vuelve «a casa». Afronta el reto de su vida. Y ya se ha puesto a trabajar. Sin los futbolistas.