Cristiano, contra el gol

Cristiano sumaba 306 goles en seis temporadas con el Real Madrid y con el 0-2 en contra no pensaba en marcar uno para igualar los 307 tantos de Di Stéfano, cifra mítica del club hasta que Raúl la colocó en 323. El portugués solo tenía en su cabeza el imposible de la remontada. Su gesto serio, en pleno partido y al final del encuentro, delataba la decepción el Real Madrid por el empate, superada después por una reacción de optimismo por el fútbol realizado, con vistas a la Champions. El goleador de Europa, el aspirante a conquistar su cuarta Bota de Oro, estrelló un remate en la madera y falló un penalti, detenido por el soberbio Alves. No tuvo suerte.

El luso debía sacudirse la ansiedad para disparar con la paciencia que le pide Carlo Ancelotti. No era fácil cuando pierdes por 0-2, eres el líder del equipo y fallas.

El entrenador sacó a Marcelo y Carvajal en el segundo tiempo con el fin de abrir huecos por las bandas y buscar con los centros al artillero del continente. La incursión constante del brasileño por la izquierda significó que Ronaldo se situara como un segundo delantero centro puro, junto al voluntarioso Chicharito.

Marcados los dos puntas, Pepe cabeceó el primer gol de la esperanza madridista. La presión blanca se transformó en un infierno para el Valencia. Era un ataque desordenado, con más carácter que serenidad. Ramos levantó al público con sus gritos. Y a Cristiano no le salían las cosas. Su contragolpe en la búsqueda del pase rápido le hizo precipitarse en dos errores. Lanzó otros dos pases muy bien y los remates de Javier Hernández fueron despejados por un guardameta monumental. El Balón de Oro se cambió a la banda derecha y después a la izquierda para enviar asistencias que pudiera cazar el mexicano.

En pleno ataque, los doctores informaron a Carlo Ancelotti que la lesión de Kroos en la parte posterior de la pierna izquierda no parece grave. Hoy se someterá a pruebas médicas y espera jugar el miércoles ante la Juventus. Isco marcó el segundo tanto local y el empate revolucionó el Bernabéu. Cristiano lanzó una falta que acabó en córner. La ansiedad suya fue la de todo el Madrid. La Liga se escapa. Y Ronaldo estaba enfadado porque ayer no fue decisivo. Ancelotti piensa que el infortunio no durará dos partidos. «El miércoles, Cristiano no se estrellará en el poste», decía el vestuario, que desea que ante la Juventus no haya pitos contra Casillas ni contra nadie. Unidad.